—¿Y si le pido matrimonio? —preguntó una joven rubia que, tirada en la cama de su madre, miraba sus pies extendidos hacia el techo—, creo que sería una buena solución.—Ay, no, Estrella, por favor, no empieces con tonterías —pidió su madre, que la veía por el espejo de su tocador mientras terminaba de arreglarse para dormir.Beta y Beca estaban dormidas ya, y Estrella tenía tiempo quedándose en esa casa por temor a estar sola; y es que, aunque la joven sabía que tendría que despedirse de las niñas en cuando el tío de ese par lo pidiera, seguía sintiendo que era mejor estar acompañada cuando algo así sucediera.» Amor, por lo menos quiero que te cases por amor —pidió la madre de dos chicos locos, ambos renuentes al amor, muy a pesar de que tuvieran como ejemplo unos padres que se amaban por sobre casi todo, exceptuando ese par de hijos, por supuesto.—Ma, yo ni siquiera me quiero casar —comenzó a explicar la joven—, planeo no casarme nunca, y no me gustaría enamorarme, eso es demasiado
Leer más