Capítulo 70. Bienvenidos
«¡Están llegando!»Apolo se quedó quieto al escuchar las palabras de Callista. Penélope se acercó a su madre mientras Theo salía con prisa de la sala para buscar el auto.—¿Qué? —preguntó Apolo. Podía ver lo que sucedía delante de sus ojos. Callista sostenía su vientre, su rostro, de repente, se perló de sudor; sin embargo, seguía quieto como una estatua.—¡Tus hijos, Apolo! ¡Los bebés están de camino! —gritó Penélope, ayudando a su madre a ponerse de pie.Callista dejó escapar otro grito, había olvidado lo doloroso que era traer un hijo al mundo. Apretó los labios con fuerza cuando otra contracción le atravesó el cuerpo. Los bebés no podían nacer de manera natural. Tenía que llegar al hospital cuanto antes.—¡Muévete, cariño! —gritó Callista para hacerlo reaccionar.—Respira, mamá. Theo ha ido por el coche —habló Penélope—. Llama a la doctora, Apolo, y avísales a tus padres para que lleven las pañaleras —añadió.Apolo asintió, pero seguía casi sin reaccionar hasta que Callista se dob
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