—¡No voy a convertirme en tu ratón de laboratorio, Sokolov! Si lo quieres de vuelta, usa cualquier otro método. ¡Somételo de otra manera! —gritó Cole enfurecido.El ruso lo observó con fría y calculadora calma.—No voy a discutir mis métodos contigo, Diamantis. Ya has hecho demasiado atrayendo la atención de la policía sobre nosotros. ¡Hemos pasado los últimos años con un bajo perfil y de repente todo se va a la mierda gracias a ti!Cole apretó las manos en dos fuertes puños, deseaba ir más allá y tal vez, golpear al hombre; pero no era tonto. Garry Sokolov podía eliminarlo en cuestión de segundos, ni siquiera le daría tiempo de tener un último suspiro.—Reconozco que fue un acto impulsivo…—Fue una reverenda estupidez, Cole —le interrumpió Garry. Sus ojos azules como el ártico, su rostro frío y cincelado a la perfección hablaban del peligro que era llevarle la contraria. Era el menor de la dinastía y había estado oculto durante tanto tiempo, que era imposible no sentirse amenazado ju
Penélope miró a Theo, luego la pequeña caja entre sus dedos y el brillante anillo dentro. Un nudo se le formó en la garganta. Una mezcla de emoción y sorpresa. Realmente, no lo esperaba.—Sé que es sorpresivo, pero no quería esperar más —musitó Theo, sin moverse—. Todos los días que he pasado a tu lado no son suficientes; sin embargo, he aprendido que la vida es más hermosa cuando la compartimos juntos. ¿Qué me respondes, Penélope Galanis?Los ojos se le llenaron de lágrimas, cerró los pocos centímetros que los separaban y tendió su mano izquierda frente a Theo.—Sí, acepto. Quiero compartir todos los días de mi vida a tu lado y formar una familia junto a Antulio y los hijos que aún faltan por llegar —respondió.Los aplausos se escucharon y el resto de las luces se encendieron, revelando la presencia de la familia—¡Dios! ¡Se han confabulado muy bien! —exclamó Penny al ver a su madre acercarse con un ramo de flores.—Felicidades, hija. Te deseo toda la felicidad del mundo —musitó junt
Callista no se sorprendió cuando Theodoros y Penélope anunciaron la fecha de su matrimonio. Le estaban dando el tiempo justo y necesario para organizar el mejor banquete de toda Atenas. No se casaba cualquier chica, sino su hija. Su primogénita y ella deseaba tirar la casa por la ventana.—Entonces, ¿tengo seis meses para organizar la boda? —preguntó.—Así es, ¿podrás organizarlo?—¡Por supuesto! —exclamó ella, vio a su marido y Apolo le sonrió.—Estoy seguro de que Callista podrá con ello, además, no estará sola. Mi madre puede ayudarla.—Y no se olviden de mí —intervino Fénix. La sonrisa en su rostro lo decía todo. Se sentía muy feliz por cada paso de Penélope en su relación. Cuando se conocieron, eran solo ellas tres y Penny trataba de ser desapegada, pero al final, Lily y ella terminaron ganándose el corazón de la griega.—¡Claro que no, cariño! —expresó Callista—. Tú eres un miembro más de nuestra familia y tienes las mismas responsabilidades que nosotros —añadió. Fénix le sonrió
«¿Embarazada?»Diez letras que formaban una sola palabra y que se repetían como un mantra en la cabeza de Penélope. Miraba a su madre, como si ella tuviera todas las respuestas.—Penélope, cariño…Penny parpadeó, se tocó el vientre con una de sus manos. ¿Era posible que estuviera esperando un hijo? ¡Un hijo que llevaría su sangre!—Por Dios, hija, me estás asustando —murmuró Callista. Ella no pensaba que este día estaría lleno de drama y menos de sorpresas, pero por la palidez en el rostro de Penny, estaba segura de que se trataba de eso.—Un hijo de Theo —susurró Penélope.—Un embarazo explicaría el aumento de casi dos tallas, señorita. No podría hacer mucho, pero haré mi mejor intento —habló la modista. Sin embargo, Penélope no le prestaba atención alguna.Ella solo podía pensar en la vida que crecía dentro de ella, un hijo de Theo y suyo. Un bebé que los uniría mucho más. Penélope no era una mujer que despreciara a las personas y menos que los hiciera de menos, pero tenía que acept
Darius miró a Penélope fijamente, no parecía sorprendido de descubrir que su única nieta estaba viva. Claro que no, Callista se había comunicado con él para darle la buena noticia.El hombre no corrió a Atenas por miedo, por vergüenza. Las acciones de su hijo, no solo terminaron casi con toda la familia Mavros, sino también con la de su propia familia. Los Galanis se enfrentaron a la ruina después de eso.Sin embargo, no pudo resistir a la llamada de Callista y cuando le habló de la boda, quiso venir y conocer a la única persona que quedaba con su sangre.—¿Elena? —preguntó. Tenía la voz desgarrada por el dolor y la emoción.Los ojos de Penélope brillaron, como si fuera capaz de reconocer aquella voz, ni siquiera podía recordar su rostro, desconocía cuando fue la última vez que se vieron, pero se sentía tan cerca de él.—Me llamo Penélope —murmuró ella.Darius elevó una ceja y miró a Callista.—Es el nombre que le dieron cuando se la llevaron de Grecia, ella se acostumbró —explicó Cal
Elián miró el cuerpo inerte de Cole Diamantis. Llegó justo a tiempo para evitar que el hombre se saliera con la suya y convirtiera la boda de Theo y Penélope en una tragedia. Lo había seguido por muchos meses, pero Cole era un hombre astuto y sabía cómo moverse en el bajo mundo. Tenía cada paso fríamente calculado; en realidad, nunca esperó que Cole tomara la misión personalmente.Sin embargo, se alegraba. Finalmente, había terminado con la cacería. Desde lo alto del edificio, Elián miró hacia el atrio de la iglesia y se alejó para evitar ser visto.—Limpien el lugar y no dejen rastro alguno —ordenó a sus hombres. No quería arriesgarse a llamar la atención de la policía. Aunque se había contactado con ellos y había contribuido en todo con la investigación hasta lograr que la cabeza de Cole Diamantis tuviera precio, no deseaba que su familia se viera involucrada en ninguna investigación.Elián no olvidaba el pasado de Esteban.—¿Qué haremos con el cuerpo? —preguntó uno de ellos. El hom
«¿Quieres ser mi novia?»La pregunta se repitió en la cabeza de Fénix, ella continuaba quieta como una estatua en la pista de baile. Sus ojos buscaron los azules de Alexis, estaba segura de que había escuchado mal. Seguramente, su subconsciente le estaba jugando una mala broma. No había manera de que un hombre como Alexis Katsaro se fijara en ella.Alexis se lamentó haber elegido ese momento para hacerle tremenda petición. Ni siquiera se conocían bien, pero se había saltado del proceso normal de un noviazgo. Tal vez, debería retractarse y pedirle conocerse primero.Él apartó el cuerpo de Fénix cuando una pareja pasó muy cerca de ella, la apretó contra su cuerpo y esperó de nuevo. Ella parecía haber perdido el habla.Fénix sintió un nudo en la garganta, quería responder, pero la presión que sentía le robaba la respiración. ¿Qué pasaba si Alexis malinterpretaba su silencio? Ella negó y respiró varias veces para tratar de encontrar su voz.—¿De verdad, me has preguntado si…? —Fénix no fu
Theo empujó las caderas al escuchar las palabras de Penélope. Su boca se abrió y los dientes mordieron el hombro femenino. Él se quedó quieto, sintiendo cómo era apresado por la intimidad de su esposa.Penélope creyó por un momento que no la había escuchado, perdido en la bruma del placer.—Repite lo que acabas de decir —pidió. Su voz estaba cargada de emoción y sus ojos se habían cristalizado. Theo no abandonó el cálido interior de su mujer, esperando a que ella le respondiera. Deseando no haber escuchado mal.—Creo que estamos embarazados, Theo —susurró apretando las piernas cuando él se movió.El pene de Theo acarició su interior una última vez antes de deslizarse entre sus piernas.Penélope no supo cómo interpretar eso, ¿no le hacía feliz? ¿Era muy pronto? Las dudas empezaban a asaltarla y sin compasión, las preguntas empezaron a surgir como un río caudaloso.—Dijiste que… ¿Estamos esperando un bebé? —preguntó Theo cuando recuperó el habla.Penélope asintió.Theo la miró y sin dec