Me encuentro atrapada en la red, junto a Venco, a apenas unos centímetros de distancia. Estoy temblando de miedo, mi corazón late con fuerza y mi respiración es agitada. De repente, escucho un sonido entre los árboles, un crujido de ramas y hojas que me hace girar la cabeza hacia la izquierda.Y entonces, lo veo. El hombre misterioso, con su capucha de cuero, emerge de la oscuridad. Su presencia es imponente, su figura alta y delgada se recorta contra la luz tenue del bosque. Me siento paralizada, incapaz de moverme o hablar.Venco, que está a mi lado, se tensa, su cuerpo se pone rígido y su mirada se fija en el hombre misterioso. Puedo sentir su miedo, su ansiedad, y sé que está listo para defenderme.El hombre misterioso se acerca, su paso lento y deliberado, y se detiene frente a nosotros. Su mirada se fija en Venco, y una sonrisa cruel se dibuja en su rostro.— Hola, hermanito — dice, su voz baja y peligrosa.¿Hermano?Venco se pone tenso, su cuerpo se prepara para la lucha, y yo
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