3 años atrás…Simón se encontraba en el altar, nervioso, pero lleno de amor y esperanza. Hoy se casaría con Isabella, su primer amor, la única mujer con quien siempre se imaginó pasando el resto de su vida. El salón estaba lleno de familiares y amigos, todos esperando ese momento tan anhelado. Sin embargo, un murmullo incómodo comenzaba a recorrer la multitud. Los minutos pasaban, y no había señales de Isabella.Con el ceño fruncido, miró a su padre, que se acercaba con expresión seria. Su padre, don Emilio Cáceres, lo tomó por el brazo y lo llevó a un rincón apartado. Simón sintió cómo la inquietud se convertía en temor.—Hijo —le susurró su padre—, Isabella no va a aparecer.Simón sintió que el suelo se movía bajo sus pies. Intentó entender, procesar. ¿Cómo que no aparecería? Había esperado este momento toda su vida.—No puede ser... papá, tiene que haber una explicación —dijo con el rostro demudado—. ¿Dónde está Isabella?Don Emilio evitó su mirada, y en su voz había una mezcla de
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