12. No puede ser
Una semana había transcurrido desde que se realizó la prueba, y la fecha de conocer los resultados llego.La joven madre acude a la guardería para recoger a Florence quien en un principio sufrió con la separación, lo que era comprensible, así que Sam consentía a la pequeña, pues estaba enfrentando cambios abruptos.La edad de la niña ayudaba en gran medida, porque se podría adaptar, no obstante, la pobre seguía preguntando por su papi.—¡Mamí! Hoy diuje —la niña le entrega una hoja, Florence no era muy buena en esa área, así que solo eran formas de colores.—¿Qué dibujaste cariño?—¡Ay, pus mi casa! —Florence señala, —pidsina, albor, castillo.—No, detente, tú ya sabes pronunciar bien esas palabras. De nuevo, pi-sci-na, ár-bol. Por la noche vamos a repasar.Florence nunca había viajado en transporte público, por lo que era sumamente emocionante para ella y parecía loro, preguntando y dando respuestas a sus conjeturas.Sam no se aburriría con la imaginación de su hija, por lo que el tr
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