Leonela me mandó varios mensajes de texto a mi móvil, diciendo que quería hablar conmigo, pero yo le respondía que estaba muy ocupada, que incluso iba a trabajar mis descansos. -Pero es importante-, subrayaba en forma persistente mi amiga. Pensé en algo serio. -Vente a dormir a mi casa, entonces, el sábado-, la invité. Mi amiga se apareció en mi puerta roja como un tomate. Adiviné fácil que estaba metida en un lío por hombres. -¿De quién te has enamorado, ahora?-, crucé los brazos disgustada. Ella corrió a mi cuarto, dando tumbos, empujando sillas y se metió en mi cama, debajo de los edredones. -No seas infantil y dime qué es lo que pasa-, me molesté. -"Flecha" se ha enamorado de ti, je je je-, estalló Leonela en risotadas. Quedé en una pieza, sin entender nada, completamente absorta. -¿De qué hablas, mujer?-, trataba de interpretar lo que pasaba. -Empecé a escribirle poemas a "Flecha" y él se ha enamorado de ti, je je je-, insistió ella, riéndose. En realidad "Fle
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