No pude esquivar más a Brown. Me sorprendió justo cuando me aprestaba a irme a mi casa, después de completar mi turno. -Yo también estoy de salida, Andrea, vamos a comer-, me dijo tomando mi brazo. -Ay, lo siento, tengo planes con mis padres-, intenté disculparme, sin embargo Brown había llamado a mi casa y ellos le dijeron que no iban a salir después de los días que estuvieron ausentes resolviendo unos trámites urgentes. Estaba perdida. -Pero para esta ocasión especial, me gustaría lucir algo más adecuado-, intenté una nueva salida, pero Brown no entendía razones. -Así como estás, me parece perfecta, luces muy hermosa, en realidad tú eres lindísima-, me dijo, arrastrándome, virtualmente hacia su auto. -¿Y mi carro?-, exhibí una última carta. -Aquí está seguro. Luego de cenar, te traigo de regreso y te vas a tu casa, je je je-, Brown había pensado hasta el más mínimo detalle. No tenía forma de escaparme. Fuimos a un restaurante muy exclusivo, en el centro de la ciudad. Brown
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