CAPÍTULO 89: NO TE ILUSIONES.Una mezcla de emociones le invadió el pecho: sorpresa, miedo, y una punzada de algo más… algo que se parecía peligrosamente a las ganas de decir que sí. Por un lado, comprendía el deseo de su hija; después de todo, Zoe solo veía lo hermoso de tener a sus dos figuras paternas juntas.Pero, por otro, Adeline sabía que aceptar implicaría enfrentarse a emociones enterradas, recuerdos incómodos, y una conexión con Giovanni que aún latía, aunque tratara de negarlo.—Hija… —empezó a decir buscando las palabras correctas. Pero vio los ojos de su hija llenos de ilusión. Tragó con fuerza, su corazón latía rápido, luchando entre la lógica y el deseo de regalarle a su hija lo que pedía. Ella inspiró hondo, intentando calmar el temblor de su voz.—Está bien, amor… —dijo finalmente—. Iré contigo.[.]En el consultorio, Lucien miraba a la mujer frente a él. La chica entró con pasos vacilantes.—¿Qué haces aquí? —preguntó él, su tono helado, cargado de desaprobación—. Cr
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