(Leonardo y Valeria salen del club. La noche está fresca, pero el aire parece cargado de tensión. Valeria toma la iniciativa, sosteniendo a Leonardo por el brazo mientras se dirigen hacia un taxi).—Vamos, Leo. No puedes irte solo en este estado. Te llevaré a un lugar donde puedas descansar. —Valeria sonríe con un aire de triunfo mientras lo guía hacia el vehículo.(Leonardo no dice nada, su mente está nublada por el alcohol. Al llegar al hotel, Valeria se encarga de todo: paga, recibe la llave y lo lleva hasta la habitación).(Una vez dentro, Valeria cierra la puerta y lo observa mientras se sienta en el borde de la cama, con la cabeza entre las manos).—Leo, mírame. —Valeria se acerca lentamente, colocando sus manos en sus hombros.—Valeria... no sé si esto está bien... —Balbucea Leonardo, intentando levantarse, pero sus piernas no le responden.(Valeria lo detiene, arrodillándose frente a él).—Shhh, no digas nada. No pienses. Solo déjate llevar. —Sus manos acarician el rostro de L
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