Leonardo, decidido, sale de su oficina y se dirige hacia Isabella. Al llegar a la puerta, se acomoda, toca la puerta y la abre con cuidado.—¿Puedo pasar?—Sí, claro, pasa, Leo. ¿Qué pasa?—Solo quería hablar un momento contigo. Pensé que sería mejor hacerlo ahora antes de la reunión.—Ah, entiendo. ¿De qué se trata?—Bueno, como sabes, la reunión con los socios es esta noche a las siete. Necesito que tú también vayas. Ellos insisten en que tu presencia es crucial, especialmente porque hemos estado trabajando juntos en la parte más importante de la negociación.—Sí, ya lo sabía. De hecho, ya estaba preparando todo para la reunión. No me gusta quedarme atrás en estas cosas.—Eso me tranquiliza. Sabes, los socios están realmente entusiasmados con todo lo que hemos logrado hasta ahora, y mi objetivo es seguir fortaleciendo esta relación. Pero, como te dije, también esperan verte allí.—Lo entiendo, Leo. He estado pensando mucho en eso. A veces siento que todo esto avanza tan rápido que m
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