Capítulo 46. Doble amenaza.
Samantha no podía creer su mala suerte por encontrarse con su exprometido estando sola y luego de haber vivido un momento humillante.—Hola, gatita, ¿cómo has estado?—Deja de llamarme así, idiota.—¿No son los leones unos gatos? No estoy ofendiendo a nadie.Ella intentó marcharse sin su coctel, pero Fernand se lo impidió.—Espera, tengo algo que reprocharte. —Ella se alejó un paso de él, irritada por su cercanía—. Nunca logré doblegarte para que te entregaras a mí, pero a Lennox le abriste las piernas sin pensarlo dos veces.—Quería llegar virgen al matrimonio, te lo dije, y si no lo recuerdas, estuviste presente en mi boda con Robert.Él sonrió con burla.—Sí, recuerdo esa tonta excusa. En parte, me salvaste de caer en desgracia contigo. No sé qué habría hecho si te hubiese embarazado y me obligaban a casarme contigo.Ella lo observó con los ojos entrecerrados.—¿Tanto asco me tenías?—¡¿Asco?! ¡No! Es sentido común, gatita. Contigo no iba a llegar a nada, con Elaine lo tendría todo
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