La noche continúa tranquila en el club. Mientras Alejandro, Camila y Ricardo están conversando, una chica atractiva se acerca con paso seguro. Con una sonrisa coqueta, se detiene junto a Alejandro, y antes de que él pueda reaccionar, ella lo besa suavemente en el cuello, dejando una marca visible de su cercanía. La joven se sienta en sus piernas, desinhibida, como si nada estuviera fuera de lugar. —¿Estabas perdido, Alejandro? —dice la chica, con un tono seductor en su voz. Ricardo, sorprendido por la situación, tosió incómodo, mirando el ambiente a su alrededor. Alejandro, algo molesto pero manteniendo su compostura, gira la cabeza hacia Camila, quien observa la escena con una mezcla de sorpresa y desconcierto. Luego, con calma, Alejandro dirige su mirada a la chica. —Estoy acompañado —responde con frialdad, retirándola suavemente de su pierna, dejando claro que no está interesado. La chica, aparentemente no acostumbrada a ser rechazada de esa manera, se levanta, sonriendo con cie
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