La Cena InesperadaAl llegar a casa, Alejandro notó que las luces del comedor estaban encendidas y que había una actividad poco habitual. Al entrar, se encontró con una sorpresa: su madre, Isabel, había organizado una cena y había invitado a Margaret, la hija de uno de los socios de la empresa. Alejandro no pudo evitar fruncir el ceño ligeramente.—Alejandro, cariño, ¡qué bueno que llegas! —dijo Isabel, sonriendo mientras lo recibía—. Justo a tiempo. He preparado una cena para que podamos pasar un rato en familia… y también invité a Margaret.Alejandro disimuló su sorpresa, controlando su expresión. Sus ojos se encontraron con los de Margaret, quien estaba sentada en el comedor y se levantó, esbozando una sonrisa elegante.—Buenas noches, Alejandro —dijo Margaret con una voz suave, mientras lo observaba con cierta expectativa.—Buenas noches, Margaret —respondió Alejandro, manteniendo la cordialidad y tratando de ocultar su incomodidad—. No esperaba una cena así.Isabel intervino de i
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