El amanecer había llegado plenamente, y Aurora escuchaba a Massimo hablando muy molesto con su asistente por el celular. Habían regresado rápido a la mansión y con la intención de pasar mucho más tiempo juntos, sin embargo, algo había ocurrido que al llegar los sirvientes se mostraron con mala cara, y el atrevido primo de Massimo, Akira, también se encontraba seriamente allí.—¡Esto no puede ser!, ¡Busca la manera de confirmarlo! — gritó Massimo completamente fuera de sí, sin importarle si era escuchado por todos los que se encontraban en el lugar.Aurora se mostraba preocupada; jamás antes había escuchado a Massimo gritar de esa manera tan descontrolada, y menos aún frente a otras personas. Generalmente, el mantenía una calma imperturbable ante cualquier situación, siempre sacando a relucir su lado más cínico, sin embargo, lo que sea que hubiese ocurrido, había sido lo suficientemente grave y grande para hacerlo reaccionar así, meditó.Un portazo terrible se escuchó, y la pelirroja v
Leer más