La atmósfera en la mansión de Lucien había cambiado. Después de la traición que Clara había descubierto, la tensión era palpable. Los vampiros que una vez caminaban con la cabeza alta, confiados en su poder, ahora se movían con cautela, mirando a su alrededor, conscientes de que las lealtades se estaban probando. Lucien, con su rostro pétreo y su mirada oscura, había dado la orden de preparar el ataque que desmantelaría la amenaza interna y solidificaría su posición como líder absoluto.Clara, aunque había cumplido con su deber al alertar a Lucien, no podía dejar de sentir el peso de la situación. Sabía que el costo de esta traición sería alto, no solo para los culpables, sino también para aquellos que estaban atrapados en medio de este conflicto. La guerra, tanto interna como externa, se acercaba, y los próximos días serían decisivos.Lucien se encontraba en su despacho, revisando los últimos informes de sus generales. La traición que Clara había revelado había puesto en marcha una s
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