El eco de las palabras de Lucien se desvaneció lentamente en la sala subterránea, pero su impacto quedó grabado en el rostro de todos los presentes. Raphael, de pie, observaba a Lucien con una mezcla de desprecio y desafío. Los otros vampiros, testigos silenciosos de la traición, comenzaron a moverse inquietos, algunos retrocediendo, mientras otros miraban hacia Raphael, esperando su respuesta.Lucien dio un paso adelante, su presencia autoritaria llenando cada rincón de la sala. Clara lo observaba desde las sombras, con el corazón palpitante. Sabía que ese enfrentamiento definiría el futuro no solo de Lucien, sino también de todo el clan. Si Raphael lograba escapar, la división sería inevitable.—Raphael —dijo Lucien con voz gélida—, te doy una última oportunidad. Abandona tus pretensiones ahora, y quizás te conceda el exilio en lugar de la muerte.Raphael soltó una risa amarga, sus ojos centelleaban con una furia oscura. Durante siglos, había servido a Lucien, pero nunca había aband
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