El día siguiente a la ceremonia de conmemoración trajo consigo un aire de esperanza renovada, pero también una creciente inquietud. Clara despertó en su habitación del monasterio, donde los rayos de sol se filtraban a través de las ventanas, iluminando el espacio con una calidez reconfortante. Sin embargo, a pesar de la luz del día, había un nublado presente en su mente.Clara se sentó en la cama, sintiendo la ausencia de Lucien a su lado. Desde que habían compartido su primer beso, las emociones se entrelazaban con la realidad, y la idea de su conexión la llenaba de alegría, pero también de preocupación. La victoria sobre el antiguo clan había dejado una huella, y el futuro seguía siendo incierto.Al levantarse, decidió que era hora de enfrentarse a la realidad. Había mucho trabajo por hacer para asegurar la estabilidad de su clan. Se vistió rápidamente y salió de su habitación, dirigiéndose hacia el centro del monasterio, donde sabía que Lucien estaría coordinando con los otros miem
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