La tarde en el café transcurría más relajada de lo que Sophia había anticipado. El ambiente fresco de los aires acondicionados parecía disipar cualquier rastro de la tensión que había sentido antes. Xavier, sentado frente a ella, removía su refresco con la pajita, una chispa de entusiasmo brillaba en sus ojos mientras conversaba con su padre. Aunque Thomas mantenía su habitual fachada seria, había algo distinto en él. Su rigidez habitual había dado paso a una actitud más accesible, casi… cómoda.—Sophie, ¿te gustan los superhéroes? —preguntó Xavier de repente, sus ojos fijos estaban en ella con curiosidad genuina.Sophia parpadeó, sorprendida por el cambio de tema. No era algo que hubiera esperado, pero no pudo evitar sonreír ante la espontaneidad del niño.—Bueno, no soy una experta, pero sí, me gustan. ¿Tienes un favorito? —respondió, sintiendo cómo el ambiente se volvía más ligero.Xavier asintió con entusiasmo, casi saltando en su asiento.—¡Los X-men! ¡Son geniales! Papá me regal
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