—Oye, no te ofendas, me gusta ser directo —sonrió y besó sus labios suavemente —. Lo que digo es que has sido bastante difícil de conseguir, y que me he dado cuenta de que tengo un tipo de fetiche con tu maltrato hacia mí. Entre más lo haces, más me engancho. Claro, si fueras más amable, sería el do
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