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Todos los capítulos de Vendida al millonario : Capítulo 41 - Capítulo 46
46 chapters
41-Despedidas y nuevos inicios
Marina Johnson — Te deseo lo mejor en tu vida,Gema.-Agregó mientras empuñaba el bolígrafo.Ella no dijo nada, en el fondo no estaba feliz,se negaba a dejarlo ir.Ese día tan esperado había llegado. Gilbert se encontraba sereno,con la mirada perdida en el horizonte. Sabía que había tomado una decisión que cambiaría sus vida para siempre, pero estaba seguro que era lo correcto. A pesar de la infidelidad de Gema, había optado por negociar el divorcio de la manera más civilizada posible. Gema había dado mucha lucha durante todo el proceso de divorcio, tratando de obtener la mayor parte de las propiedades en común. Pero finalmente, se encontraba frente a la realidad de que debía firmar los papeles y dejar atrás aquella vida que compartió con Gilbert.Mientras tanto,a escasos metros de la oficina del juzgado Ethan y yo nos despedimos en buenos términos. Habíamos decidido separarnos por mutuo acuerdo, alegando diferencias irreconciliables. A pesar de todo, nos miramos a los ojos y supimos
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42- Tenemos que hablar
Gilbert Macallister — Es grato verte,estoy preparando la cena,hoy se me antojó cocinar.-Marina luce hermosa con el cabello recogido y un delantal.—Entiendo,seré breve solo vine para saber que estás bien y me alegra verte así que ya…Ella sintió un poco de pena,por la timidez con la que me expresaba y en forma rápida me interrumpió:—Quédate a cenar.—¿Cómo dices?—Lo que oyes,siéntate que voy a la cocina a dar un último toque y vuelvo. Asentí y la esperé en la sala de estar de la mansión que había sido mi hogar por mucho tiempo.Gema entró sigilosamente mientras Marina estaba en la cocina.No se mostró sorprendida al verme,susurró para sí misma:—Debo hacer algo para Marina abra los ojos de una vez..— No crees que es tú hermana la que debe decidir qué es lo que quiere.—Uff,Oíste lo que dije,creí que lo había pensado—. Dijo llevándose la mano a la boca de forma burlona.Marina entró a la sala y viendo la tensión entre ambos expresó:— ¡Oh, Gema! ¿Qué haces aquí? ¿Pasa algo?Gema
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43- Entre el amor y la culpa
Marina Johnson.Miré por la ventana de mi habitación, observando cómo la lluvia caía a raudales sobre el jardín.El estruendo de los truenos resonaba en la distancia, pero para mí, parecía un reflejo de mis propias emociones turbulentas.Acaricié suavemente mi gran barriga, sintiendo los movimientos leves de los trillizos que llevaban meses creciendo en mi interior. Estaba ansiosa por conocerlos,y al mismo tiempo sabía que lidiar con el estado de salud de Gema no sería nada sencillo.El eco de las palabras del doctor resonaba constantemente en mi mente: “Su corazón está delicado.”Gema se lo tomó con mucho angustia y me decia:— Cada latido de mi corazón se ha convertido en un recordatorio constante del riesgo al que me enfreto,así que mejor no me hagas enfurecer,ya deja de ver al idiota ese.Ella no deseaba ver a Gilbert ni un metro cerca de mí.No tenía sueño y me asomé a ver por la ventana de mi alcoba.La puerta se abrió con cuidado y mi hermana Gema entró, su rostro pálido aún mo
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44- Arrepentimiento y perdón
Marina Johnson —Mi amor, vamos a enfrentar esto juntos —le dije a Gilbert, apretando su mano con fuerza, sintiendo cómo sus dedos entrelazados con los míos me brindaban una inexplicable seguridad. Él me miró con ternura, y esa chispa en sus ojos me hizo sentir que todo iba a estar bien.—No te preocupes, amor. Todo va a estar bien. Gema tiene que entender que nosotros nos amamos —respondió, su voz era un susurro calmante que aliviaba mis temores.Con determinación, entramos a la sala de la mansión. El aire estaba cargado de tensión, ya que sabía que Gema no lo recibiría de buena manera.Antes de que pudiera hacer un comentario, Gema se llevó una mano al pecho en un gesto dramático y, para mi sorpresa, cayó desmayada al suelo.—¡Gema! —exclamé, corriendo hacia ella—. ¡No! ¿Qué te pasa?Ethan, que estaba visitando a Nathan en ese momento, miró a Gema en el suelo y dijo, sin perder su sarcasmo:—Ya deja la payasada, Gema.—¡No ves que mi hermana perdió el sentido! —grité, cada segundo
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45- Tres regalos maravillosos
Marina Johnson Mis dolores de parto eran cada vez más intensos, y la angustia pintaba el rostro de Gilbert mientras corría de un lado a otro en la sala.Miré sus ojos desorbitados, el sudor perlaba su frente, y por un instante se convirtió en un espejo de mi propio pánico. —Respira, amor —le dije con voz temblorosa, aunque sabía que no era yo quien debía tranquilizarle.—¿Te duele mucho? —preguntó, sus ojos reflejaban una mezcla de preocupación y amor.—Es una pregunta tonta, por supuesto que me duele. Pero ya estoy en esto, y tengo que ser fuerte —inhale y exhale repetidamente, tratando de centrarme en lo que estaba por venir, en los pequeños que pronto tendría en brazos.Gilbert agachó la cabeza, como si llevara el peso del mundo sobre sus hombros.—Lo siento, es que los nervios me ponen tonto —respondió, su voz apenas un murmullo.Traté de darle una sonrisa alentadora, aunque el dolor me desgarraba. Pero lo necesitaba; necesitaba su apoyo más que nunca. Finalmente, llegamos a la
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46- Pacto de amor
Gilbert Macallister Los trillizos ya habían cumplido tres años, y la vida en nuestra mansión estaba repleta de risas y caos. Sin embargo, había un tema sobre el que Marina y yo siempre caemos: el matrimonio. A menudo discutimos si es mejor esperar o dar el siguiente paso. —No sé, Gilbert —me decía ella, con una sombra de tristeza en su mirada—. Me da pena separarme aunque sea un momento de los pequeños. La idea de irnos de luna de miel solo nos aleja por más tiempo.En una de mis propuestas, le dije:—¿Y si viajamos todos juntos? Una luna de miel en familia, ¿qué piensas?Marina se rió, aunque aún notaba la preocupación en su rostro.—Tiempo es lo que nos sobra, ¿verdad? Pero, cariño, aún no estoy lista para tanto estrés de un matrimonio.Con la complicidad de Gema y mi amigo Ethan, decidí que era hora de hacer algo especial. Quería crear un recuerdo imborrable en su corazón. Así que reservé una cena en un restaurante, un lugar acogedor donde cada bocado cuenta una historia.Esa no
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