Al día siguiente Anastasia despierta siendo llamada por una de las empleadas de la mansión, la joven pregunta por William y la joven le dice que el hombre ha salido hacia la ciudad, que llegará en horas del almuerzo y le ha dejado el mensaje de estar lista dado que la llevará a dar un paseo por la ciudad cercana a la hacienda, así que la joven ni corta ni perezosa, se dirige a tomar un baño, al terminar encuentra el desayuno en la mesa dispuesta en la habitación, y después de tomar el desayuno se dirige a su armario donde su ropa ya está acomodada y escoge un vestido de mangas caídas que deja ver sus hombros; color salmón, peina su cabello dejándolo suelto a excepción de una pequeña coleta, se coloca un pequeño collar con un dije en forma de abanico, busca entre los abanicos uno de marco de madera exquisitamente tallado con un diseño de flores de cerezo a un fondo color salmón.–Listo, ahora esperare por William, tengo en mente muchas cosas que quiero sacarle a ese estúpido, fuera de
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