Capítulo III...

–Por supuesto Anastasia – colocándose de pie

–Te llamaré en al menos dos horas, disfruta de la visita guiada…

–Bien – haciendo una venia y Anastasia sale primero para luego salir detrás de la joven…

–Anastasia usa tu mejor sonrisa y tendremos a ese imbécil en nuestra palma muy pronto – dando una sonrisa mientras abre su abanico de golpe

La joven dirige hacia la fábrica a William y le muestra todos los lugares, los barriles donde dejan el jugo para que empiece a fermentar, la cava donde las botellas ya con el vino es dejado para que empiece a tomar su sabor tan característico, también lo lleva al lugar donde el vino es embotellado, las etiquetas colocadas y sobre todo lo lleva a un bello jardín que tiene la fábrica.

–No recuerdo esto…

–Marcus lo puso para mí – sonriendo – dice que así sabré portarme bien y no causar problemas – formando un dulce y tierno puchero

–Es hermoso

–Cuando quieras podemos venir – acercándose y colocando su cabeza en el hombro del hombre intencionalmente dejar que este sienta su perfume a genciana

–Si me permites venir…

–Claro que te lo permito – sonriendo – después de todo somos amigos – dando una enorme sonrisa

–Anastasia…

– ¿Sí Will? – abanicando su rostro y dejando ver sus hermosos ojos verdes

–Te invito a mi hacienda, que pases unos días en ella, que la conozcas…

–Hablaré con mi hermano y pronto tendrás una respuesta

Tomando la mano de Anastasia y besa de forma delicada su dorso, haciendo sonrojar a la joven – entonces esperaré por tu respuesta

–No tendrás que esperar mucho “puedo empezar a sacarle algo desde este momento, aún se le nota que me quiere” Will

– ¿Qué pasa?

–Bu…bueno, quiero comprar un nuevo abanico, pero mi hermano no me dará dinero ¿puedes prestarme? Te prometo que te lo pagaré – dando una dulce sonrisa

– ¿Cuánto necesitas? – viendo directamente a aquellos ojitos verdes…

Al pasar un par de horas y de que Anastasia le diera una visita guiada por el edificio y fábrica, William se reúne con Marcus y después de que el abogado del hombre de ojos azules le dijera todo lo referente al contrato, como porcentaje de ganancias, utilidades, penalizaciones en caso de que alguna de las partes decidiera romper el contrato, William lee todo el contrato y firma, lo mismo hace Marcus.

–Bien desde mañana enviaré los camiones refrigerados a tu hacienda por la sidra

–Perfecto – mirando hacia Anastasia – me gustaría que Anastasia conociera mi hacienda

– ¿A qué se debe ese interés por mi hermana? – mirando hacia Anastasia quien está a su lado mientras se abanica el rostro, pero el hombre ve que está sonriendo

–Quiero que conozca mi propiedad…

– ¿Qué opinas Anastasia? ¿quieres ir?

–Solo si mi hermano me permite ir – cerrando su abanico mientras da una sonrisa

– ¿Cuándo quieres ir?

–Lo más pronto posible

–Entonces ponte de acuerdo con William – colocándose de pie – los dejaré a solas para que hablen – abriendo su abanico y sale de la oficina a paso elegante – que buena hermana eres…Anastasia…

–Dime Anastasia ¿Cuándo quieres ir?

– ¿Se puede la siguiente semana? – mirando al hombre con ojos coquetos

–Cuando gustes – acercándose a Anastasia y esta siente un perfume que le parece exquisito

–Bien entonces la siguiente semana espero que envíes a alguien a recogerme

–Lo haré a la brevedad

….

–Bien Janna ¿Qué te parece el lugar?

–Es enorme esta hacienda y la casa no se queda atrás – mirando el enorme recibidor que posee la casa más las grandes escaleras – ¿A dónde llevan las escaleras?

–A las habitaciones…acá en el primer piso está es estudio de William, sala de visitas, cocina y habitaciones del personal de la casa

–Es decir una de mis habitaciones…

–Está en el segundo piso Janna – dejando a la joven pasmada – no solo serás una empleada de William, serás su invitada

– ¿Eh? – dice Janna, sin saber si reír o llorar

– ¿Qué le parece a Janna si vamos a ver los caballos?

– ¿Caballos? – viendo como el hombre asienta – claro, quiero verlos

–Entonces vamos Janna, William llegará en un par de días y podrá ponerte al corriente

–Helmut…

– ¿Qué desea Janna?

– ¿Tú trabajas para William?

–Tenemos una sociedad, aunque él es dueño de todo y yo soy el capataz – dando una sonrisa que hace sonrojar a Janna – ¿desea saber algo más Janna?

–No – girando su carita

–Entonces vamos a ver los caballos, podrá escoger uno para que haga los recorridos por la hacienda – tomando la mano de Janna

–Vamos…Helmut – tratando de ocultar su sonrojo, pero su nerviosismo la delata con el joven…

Una semana después…

–Bien ya sabes Anastasia…

–Comportarme de forma coqueta, e insinuarle que quiero estar a su lado

–Exacto – dando una sonrisa mientras acaricia la mejilla de su hermana, ya después empiezas a pedir dinero, pon la excusa que quieras…

–Está bien, pero ¿tengo que casarme?

–Si quieres tener lo suficiente para que Lois vuelva contigo, sí tendrás que casarte y hacerle firmar un prenupcial a ese imbécil

–Está bien – haciendo un puchero – al menos ese hombre me dará para más vestidos

–Ese es un lado bueno, ahora ve y ya sabes…no lo arruines

–No arruinaré nada Marcus – saliendo de la mansión de su familia y ve la lujosa limusina que espera por ella – hola…

–Señorita Smith, el señor Hall la espera en La Tormenta

–Entonces vamos, por cierto cómo te llamas

–Félix…

– ¿Desde cuándo trabajas para Will?

–Desde un par de días, desde que mi amiga Janna fue contratada ella nos recomendó a otro amigo y a mí

–Ah, ya entiendo – sonriendo – vamos no quiero Will diga cosas malas de ti

Anastasia toma rumbo hacia la hacienda de William, al irse no nota pero Lois se acerca y Marcus lo hace pasar como si nada a su mansión y toman rumbo hacia el despacho.

–Y bien ¿Qué tal todo?

–Convencí a mi hermana de seducir al idiota de tu hermano

–Entonces…

–Cuando Anastasia le quite todo a ese hombre engreído ella volverá contigo ese fue el trato ¿o no?

–Claro…solo esperemos…

–Mi hermana no es tonta, sabe que no debe enamorarse – abanicando su rostro

–Bien entonces, cuando se case con mi hermano, espero que me invite – dando una sonrisa

….

–Bien ¿Qué tal todo?

–Todo está listo para recibir a Anastasia

– ¿Su habitación?

–La habitación de la señorita Smith está lista, con vista hacia el lago y las plantaciones como usted ordenó señor

–Isabella

–Sí señor…

–Dile a Mario que tenga listo el almuerzo en unas tres horas Anastasia llegará

–Cómo ordene señor – haciendo una reverencia

–Bien ¿algo más?

–Ten listos los caballos, el palomino es para Anastasia

–Bien

Anastasia llega a la entrada de la hacienda y se sorprende de ver lo enorme que es el lugar, quedando encantada con todo el paisaje en especial ve el enorme lago que se extiende hasta llegar a la mansión principal de la hacienda, al llegar ve a William esperando por ella en la entrada y la joven se sonroja al ver al hombre se ve tan malditamente lindo con su ropas de trabajador.

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