27. Encerrada
27Julieta gritó por horas, quería llamar a alguien que la rescatara, pero no había señal suficiente para que su mensaje o llamada saliera.Había llorado y gritado suficientes veces como para que cabeza comenzará a latir y su garganta se sintiera arenosa.Piso música en su celular, pero hace más de una hora que se había quedado sin pila, se sentía desesperada, la herida en el brazo les dolía a horrores, solo quería un baño caliente y dormir.—Sáquenme, por favor —susurra a la nada mientras entierra su cabeza entre sus piernas y las lágrimas no la abandonan.Maximiliano no podía dormir, fue al gimnasio a las dos de la mañana y golpeó su saco de boxeo, uso la caminadora y levantó pesas. Aún así se sentía inquieto, decidió aprovechar esta oportunidad de energía y decidió ir a la oficina.Solo eran las cuatro de la mañana. Pero él siempre tenía mucho trabajo y que siempre se acumulaba cuando salía temprano, así que no fue nada raro para él irse hacia la oficina sola, ya luego llamarí
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