Emilio termina de cancelar la cuenta del restaurante, mientras Rebecca echa un manojo de nervios, tiembla ante la idea de que su padre haya fallecido. Las palabras de Yolanda, no fueron del todo específicas, sólo le pidió volver al hospital urgente. Salen del restaurante, suben a un taxi de regreso al hospital. Minutos después ingresan al lugar. Desesperada, Rebecca corre hasta la habitación de su padre, a pesar de que Emilio intenta calmarla desde que subieron al taxi. —Trata de calmarte, mi amor. —¿Cómo me pides que me calme, eh? Si mi padre puede estar mue… —guarda silencio como si evitando nombrar aquella palabra, pudiese cambiar o detener el rumbo de la vida. Sin embargo, la pelicastaña no logra apartar de su mente el espectro de la fatalidad. Cuando llega a la habitación, es recibida por el médico de guardia, cuya mirada refleja desconcierto y confirma lo que la chica ha estado temiendo. —Doctor, mi padre, ¿cómo está mi padre? —pregunta sosteniendo la solapa del mandil
Leer más