CAPÍTULO 28: HE PERDIDO UNA HERMANA.Julieta corrió tras Natalia, logrando alcanzarla con el corazón en la garganta. La agarró del brazo y, desesperada, le pidió que se detuviera.—¡Por favor, Natalia, espera!Natalia se apartó con brusquedad, girándose para mirarla con los ojos rojos, llenos de enojo y resentimiento.—¿Vienes a regodearte de haberme humillado una vez más?Las palabras de Natalia lastimaron profundamente a Julieta, pero ella negó con la cabeza, mirándola con sus ojos también enrojecidos. Se acercó cautelosamente, sintiendo el pecho apretado al ver cuánto sufría su hermana, y peor aún, saber que era en gran parte por su culpa.—Yo... nunca he querido lastimarte... Todo...Pero Natalia rió con burla, aplaudiendo con sarcasmo.—Claro, porque una hermana que le roba el novio a la otra, ¿no es lastimar, verdad?Julieta la miró en silencio, sintiendo una mezcla de tristeza y rabia. Estaba allí para explicarle, para lograr que entendiera cómo sucedió todo, porque a pesar de
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