Stacy se queda dudando un poco antes de decidirse por completo. Nunca antes había estado en una lancha, así que conducir una, no entraba en sus planes cercanos, ni futuros, pero, Dios le estaba brindando la oportunidad de conocer cosas nuevas, de experimentar y ¿quién era ella para rechazarla?―Por supuesto, nací lista para enfrentar cualquier cosa. Enséñamelo todo ―dejando atrás su asiento de cuero, se levanta y se coloca al lado de Xavier.―Es parecido a conducir un auto, pero hay que tener en cuenta algunas cosas de más. En primer lugar, el volante es sensible, muy sensible, para girar, basta con moverlo lo más mínimo ―le indica él y procede a demostrárselo mientras la rubia guarda toda la información en su cabeza― En segundo lugar, cuando estés atracando la lancha, querrás ponerla en neutro, de lo contrario, te estrellarás.―De acuerdo, puedes dar por hecho que entre todo, ese detalle no se me olvidará nunca ―dice ella con los ojos bien abiertos.Él la mira y se queda observándola
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