Todos los capítulos de HIJA DEL SILENCIO. La heredera inesperada del magnate.: Capítulo 121 - Capítulo 130
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Capítulo 121. Revelaciones al Límite.
Naomi no podía moverse. Las palabras que acababa de pronunciar parecían retumbar en su propia cabeza, mientras Sergio seguía mirándola, sus ojos fríos como el hielo. Sabía que no había vuelta atrás. Lo había confesado, lo que con tanto celo había guardado, lo que había intentado enterrar bajo un manto de mentiras. Había confesado la verdad. —¿Tu hermana? —repitió Sergio con incredulidad, su voz baja, como si estuviera intentando procesar lo que acababa de escuchar. Naomi asintió débilmente, sin poder mantener la mirada fija en él. —Sí... Waleska, la mujer que inseminaron con tu esperma, es mi hermana mayor por parte de madre —confesó, su voz temblorosa. El silencio que siguió fue denso, casi palpable. Sergio, aún conmocionado por la revelación, dio un paso atrás, su mirada oscilando entre la incredulidad y la furia. —¿Me estás diciendo que todo este tiempo has estado mintiendo? —gruñó, su voz baja y peligrosa—. ¿Qué has engañado a todos, incluyendo a Alexandre? Naomi, con lá
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Capítulo 122. Entre la ira y el destino.
El ambiente en la sala era tenso, con una presión palpable en el aire. Sergio observó, en silencio, su mirada impenetrable mientras Naomi se debatía entre el miedo y la desesperación. Alexandre, con su pequeña figura, estaba parado entre ambos, confundido, pero al mismo tiempo, con una actitud desafiante, una chispa de carácter que Sergio notó de inmediato, la misma que él mismo tenía, no pudo evitar sentir ese sentimiento de orgullo en su interior. El niño, a pesar de su corta edad, había captado la gravedad de la situación. Los policías seguían al otro lado de la puerta, esperando instrucciones, y el pequeño Alexandre, mirando a su madre llorar, sintió la necesidad de hacer algo. Así que abrió la puerta por donde se habían ido los policías, estos se acercaron y él con su pequeña voz, llena de una mezcla de inocencia y determinación, les habló. —No van a llevarse a mi mamá —dijo Alexandre, mirando a los policías con el ceño fruncido—. No ha hecho nada malo. Así que ya pueden irs
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Capítulo 123. Se estaba volviendo loco.
Después de la discusión con Naomi. Sergio se metió a su despacho. Justo en ese momento recibió una llamada de la oficina de su asistente.“Señor es para informarle que varios accionistas han pedido una asamblea extraordinaria, quieren removerlo del cargo de CEO”, dijo su asistente.—Entiendo —respondió y cortó la llamada sin más comentarios. Sintiendo que su vida cada día se complicaba más.Se desplazó hacia el bar, y se sirvió un vaso de Whisky, con un gesto de molestia, siempre supo que estaba rodeado de buitres, de gente hipócrita, que solo esperaban su caída para caerle encima, eso no era nuevo para él, pensó tomándose el vaso de un solo trago. Incluso hasta Naomi, le había causado decepción, porque la creyó distinta, aunque una parte de él, le obligaba a reconocer que había sido duro con ella, pero le molestaba que no hubiese sido sincera, le dio varias oportunidades para hacerlo y prefirió callar.Se tomó trago tras otro, fue perdiendo la cuenta de los que consumió, porque se s
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Capítulo 124. Matrimonio inesperado.
Naomi se pasó una mano temblorosa por el cabello, intentando ganar tiempo mientras procesaba la propuesta. Su corazón latía con fuerza, y una parte de ella quería gritar "sí" solo para asegurar su lugar en la vida de Alexandre. Pero otra parte, la parte racional, le advertía sobre los peligros de un matrimonio basado únicamente en la conveniencia.—Sergio, yo... —comenzó, su voz apenas un susurro—. No puedo negar que la idea de estar siempre cerca de Alexandre es tentadora, pero... ¿Un matrimonio? ¿Así, de repente?Sergio movió su silla hacia ella, sus ojos brillando con una intensidad que Naomi no había visto antes. —Sé que es un poco loco, pero piénsalo. Podríamos darle a Alexandre la familia que merece. Tú y yo, juntos, criándolo. Tendrías el derecho legal a él, y juntos podríamos enfrentar cualquier situación que se presente.Naomi sintió un nudo en la garganta. La imagen de una vida familiar con Alexandre y Sergio era dolorosamente atractiva, pero el miedo a fracasar, a una dece
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Capítulo 125. Acuerdos bajo amenaza.
Marina observó a Waleska con desconfianza, notando de inmediato la actuación exagerada que la mujer estaba montando. No era fácil engañar a una mujer como Marina, después de todo, ella en algunos momentos de su vida también había sido una manipuladora, pese a ello, decidió mantener la calma y seguir el juego para ver hasta dónde era capaz de llegar Waleska con su historia.—Sí, sé dónde está tu hijo —dijo Marina con frialdad—. Lo ha criado tu hermana Naomi, pero me parece extraño que nunca intentaras reclamarlo antes. ¿Qué es lo que realmente ocurrió, Waleska?Waleska hizo una pausa dramática antes de responder. Se llevó una mano a la frente, fingiendo abatimiento.—Naomi... —comenzó, dejando que su voz se quebrara ligeramente—. No me dejó acercarme a Alexandre. Intenté explicarle qué estaba pasando por un mal momento, que tenía depresión postparto, pero ella se negó a entenderlo. Dijo que no era capaz de cuidar de mi propio hijo y que lo haría mejor que yo... Marina, aunque no conf
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Capítulo 126. Un destino inesperado.
Después de firmar los papeles y recibir las felicitaciones del oficiante, Sergio tomó la mano de Naomi y la guio hacia la salida. Alexandre, que no dejaba de sonreír, saltaba emocionado a su alrededor, disfrutando del repentino matrimonio entre sus padres. —¿Y ahora qué? —preguntó Naomi, aún aturdida por la rapidez con la que todo había sucedido.—Ahora nos vamos de viaje —anunció Sergio con una sonrisa tranquila, aunque sus ojos mostraban un brillo de anticipación.—¿Un viaje? —Naomi lo miró con curiosidad, pero también con cierta preocupación. Las emociones aún pesaban sobre ella, y no pudo evitar sentirse un poco nerviosa ante lo que Sergio tenía planeado.—Sí —afirmó él con una media sonrisa—. Y es una sorpresa. No te preocupes, creo que a Alexandre le va a encantar cuando descubra donde vamos.—¿A mí? —preguntó el pequeño, deteniendo su juego momentáneamente para mirar a su padre con los ojos muy abiertos—. ¡Me encantan las sorpresas!Sergio le revolvió el cabello con ternura a
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Capítulo 127. Desconfianza.
Naomi se quedó congelada por unos instantes, incapaz de procesar el beso de Sergio. Su mente intentaba encontrar lógica en lo que acababa de suceder, pero su cuerpo había reaccionado antes que sus pensamientos. Con un movimiento rápido, se apartó de él, su respiración agitada y sus ojos fijos en los de Sergio, llenos de una mezcla de confusión, deseo, y hasta irritación hacia sí misma por haber reaccionado de esa manera. Iba a protestar, pero Sergio la interrumpió.—Antes de que digas algo. Te respeto más de lo que crees —continuó Sergio, su expresión sería por primera vez desde que comenzó la conversación—. Este acuerdo... este matrimonio... no es un juego para mí. Quizás bromeo para aligerar la tensión, pero te aseguro que mis intenciones son sinceras.Naomi lo estudió en silencio, buscando algún indicio de engaño en sus ojos. Pero solo encontró una intensidad que la desconcertó. Sergio extendió una mano, dudando por un momento antes de rozar suavemente la mejilla de Naomi con sus
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Capítulo 128. Deseos ocultos.
Naomi, con una sonrisa tenue, intentó dejar a un lado sus preocupaciones mientras seguía a Alejandro y a Alexandre por los pasillos del hospital. Las palabras de Sergio aún resonaban en su mente, especialmente esa despedida tan apresurada y el misterio detrás de "algo i1mportante qué hacer." Sabía que debía concentrarse en Alexandre y en la visita sorpresa a Anaís, pero no podía evitar sentirse inquieta. “¿Me estará poniendo los cuernos?”, se preguntó.El pasillo hacia la habitación de Anaís estaba silencioso, excepto por los murmullos ocasionales de las enfermeras y el sonido distante de los equipos médicos. Naomi podía sentir la tensión en el ambiente, sobre todo porque sabía que la pequeña Anaís estaba a punto de someterse a una operación delicada.Alejandro tomó la mano de Alexandre con una calidez que hizo que Naomi se sintiera agradecida. Cuando finalmente llegaron a la puerta de la habitación, Alejandro se giró hacia Naomi con una sonrisa.—¿Listos? —preguntó en un susurro, co
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Capítulo 129. Consejos para seducir.
Naomi miró a Amelia con los ojos muy abiertos, una mezcla de sorpresa y nerviosismo reflejándose en su rostro.—¿Seducirlo? —repitió en voz baja, como si temiera que alguien más pudiera escucharlas. —Pero Amelia, yo... yo no sé cómo hacer eso. Nunca he...Amelia sonrió con ternura, entendiendo la inseguridad de su amiga. —Naomi, escúchame bien, yo tampoco sabía… pero aprendí —dijo inclinándose hacia ella. —Déjate llevar por tus instintos… la seducción no es solo sobre el acto físico. Es sobre crear un ambiente, una tensión, un deseo. Y créeme, todas las mujeres tenemos ese poder innato, solo hay que despertarlo.Naomi escuchaba atentamente, sus mejillas tiñéndose de un suave rubor.—Pero, ¿cómo empiezo? —preguntó con voz temblorosa.Amelia se reclinó en su silla, una sonrisa enigmática jugando en sus labios.—Comienza con pequeños detalles. Una mirada sostenida por un segundo más de lo necesario. Un roce "accidental" al pasar junto a él. Usa ropa que te haga sentir hermosa y segura.
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Capítulo 130. Ardiente pasión.
Sergio se incorporó lentamente, sus ojos recorriendo el cuerpo de Naomi con una intensidad que la hizo estremecerse. El silencio entre ellos se volvió casi tangible, cargado de tensión y expectativa.—Yo... yo pensé... —balbuceó Naomi, luchando por encontrar su voz. Las palabras se le atascaron en la garganta, rehusándose a salir.Sergio extendió una mano hacia ella, sus dedos rozando suavemente el encaje de su lencería. Naomi contuvo la respiración, su corazón latiendo tan fuerte que temía que él pudiera escucharlo.—Eres hermosa —susurró Sergio, su voz ronca por el deseo—. Pero, ¿por qué ahora? ¿Por qué así?Naomi sintió que las lágrimas amenazaban con brotar de sus ojos. ¿Cómo explicarle el miedo que la consumía, de que se buscara a otra, y la hiciera a un lado y eso la había impulsado a ese acto desesperado?—Tenía miedo —confesó finalmente, su voz apenas audible, aunque sincera—. Miedo de que busques en la calle… lo que no tienes en la casa.Sergio la miró con una mezcla de ternu
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