73. Repite que soy tuyo
Segundos pasan para que Elena se escandalice por las palabras. Se gira completamente hacia Natasha, y cuando ella empieza a llorar, se abalanza hacia su lado.—¿Por qué dices esto…? ¿Por qué…? —Elena toma su mano, inclinándose. La sorpresa la domina, impidiéndole reaccionar con calma, lo que la lleva a una sobredosis de miedo irreal—, ¿Esto no fue un accidente?Natasha no puede moverse. Sus dedos tampoco lo hacen cuando Elena los rodea con sus dos manos. Natasha deja de sollozar y ahora llora en silencio, y para desgracia de Elena, todo lo que pudo haber salido mal le pasa factura. Esto la toma por sorpresa, y no tarda tanto en comprender de qué las palabras de Natasha significan algo entre líneas, Pero ¿qué? ¿Qué es? ¿Qué cosa es?—Calma, Natasha. cálmate. No pasa nada —Elena intenta en vano quitarle las lágrimas—, puedes confiar en mí. Puedes hacerlo. Tienes qué ayudarme, y esto no es normal. Dímelo, cuéntame, estoy aquí como una amiga. ¿Natasha?—Es mejor qué te vayas —balbucea Nat
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