SLOANE D’MARCO—Sloane… no puedes hacerme esto —susurró mi padre horrorizado y de nuevo sacó su mano a través de los barrotes, esta vez de manera más gentil—. Canelita, por favor, sácame de aquí.Cuando dijo ese apodo mi cabeza comenzó a punzar, retrocedí temblorosa y horrorizada, tragando saliva con dificultad y dedicándole una mirada cargada de horror a Derek, quien estiró sus brazos hacia mí, desconcertado. Sabía que era la palabra mágica para que yo sucumbiera, la que había escogido para que yo lo obedeciera. Se repetía en el centro de mi cabeza, causando un eco doloroso, era como si de pronto mi cráneo fuera a explotar. Apreté mis sienes con todas mis fuerzas mientras Derek me sostenía por la cintura.—¡Canelita, sácame de aquí! —gritó aún más fuerte mientras yo me hacía pedazos entre los brazos de Derek, quien me apoyó en la pared antes de voltear hacia mi padre. Metió la mano a través de los barrotes atrapándolo del cuello y apretando con fuerza.—¡Vamos, hijo de puta! ¡Vamos!
Leer más