Todos los capítulos de Una loba rebelde para el alfa: Capítulo 31 - Capítulo 40
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Capítulo 31
Cornelia se recargó en el escritorio del estudio. Darragh caminó hasta la ventana y observó la luz encendida en la habitación de Gianna; se encontraban al otro lado de la mansión.—Toma —dijo ella y extendió el sobre.Darragh se apartó de la ventana para tomarlo.Cornelia ocupó el sitio del lobo al lado de la ventana y arrugó el ceño cuando notó que la única ventana con la luz encendida era la de Gianna, ¿acaso su ex prometido estaba mirando hacia allá y pensando en ella?El lobo abrió rápido el sobre, desdobló la carta y leyó en silencio. Todos sus miedos se esfumaron; de pronto sintió una enorme paz y quiso hasta sonreír, pero se controló.Su mayor miedo no era verdad.—Todo está en orden —reconoció él—. Los dos somos fértiles… Podemos tener descendencia. —Sí, así es —murmuró Cornelia y volvió a mirarlo—. No entiendo por qué no pude embarazarme antes.Darragh volvió a guardar la carta en el sobre y dijo:—Tal vez no era el destino…Cornelia dibujó una mueca de desilusión.—¿Por qu
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Capítulo 32
—Gianna —llamó él con voz fuerte al otro lado de la puerta de la habitación de su Luna, mas no obtuvo respuesta. Entonces trató con el picaporte y comprobó que estaba cerrada—. Maldición.«Gianna, abre», ordenó él en su mente. Pero la loba no respondió, sólo gruñó en su subconsciente.¡¿Y si estaba herida?!Darragh revisó los bolsillos de su pantalón. Poseía una llave maestra para abrir cualquier puerta de la mansión, una que jamas había usado, hasta ese momento en que sintió alivio al encontrarla e introducirla en el cerrojo de la puerta.La enorme puerta de madera se abrió ante él y le enseñó una habitación sumida en las sombras. La única luz provenía del baño, se colaba por la rendija de la puerta entreabierta y ahí… escuchó un quejido.Darragh tragó duro. Su mente se congeló, no pudo decirle nada por telepatía a su Luna. ¿Acaso… ella estaba herida? ¿Y si moría? ¿No debería de haberlo percibido? ¿Su vínculo seguía tan débil que ni eso podía sentir? ¿Él era un fracaso como mate?
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Capítulo 33
Claro que Gianna quería la ayuda de su mate, era justo en lo que pensaba cuando «accidentalmente» lo llamó. Porque esas cosas hacen las parejas, pero no sabía si ellos eran una pareja o sólo una leyenda que se estaba convirtiendo en realidad.—Está bien… —murmuró ella.Darragh se acercó más, ella apartó los brazos y permitió que el lobo maniobrara con la cremallera. Los dedos de Darragh tocaron la piel desnuda cuando logró hacer que la prenda cediera y ella la sostuvo sobre los pechos para que no cayera. Sin embargo, ninguno se movió, aunque la tarea estuviera hecha.El lobo encontró otra cicatriz en la cadera; la acarició despacio y Gianna soltó un respingo. El tacto del lobo dejaba caliente la piel que tocaba.—Es la primera blusa que compré cuando empecé a trabajar, tiene algunos años… —confesó Gia—. Por eso es mi favorita.La prenda era un bonito color naranja; Darragh supuso que cuando era nueva lucía mucho mejor.—Entiendo…Gia negó.—No, no entiendes —musitó ella y miró alreded
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Capítulo 34
Harry dejó el equipaje de Gianna a un costado de la puerta en el hotel. La loba ya no poseía solamente una maleta, sino que, luego de todas sus compras, fue necesaria de otras dos maletas más que Harry consiguió.—A veces siento que me convertí en una princesa y sólo no me llegó el memorándum —musitó Gianna ante la belleza y lujo de ese hotel en Manhattan—. El aviso real de que ahora pertenezco a la realeza. El enorme ventanal mostraba un precioso atardecer sobre Central Park. Gianna avanzó en silencio sólo guiada por la magia del momento y sintió deseos de llorar, nunca creyó que podría presenciar algo así.¿En dónde quedaron esas noches durmiendo en el rincón del establo?¿Quién era esa Gianna Davies que podía tocar el cristal de aquel ventanal y contemplar semejante belleza?La Diosa Luna la escuchó, estaba segura. Gia levantó la mirada hacia la luna que empezaba a ser visible en el cielo y agradeció por si inmensa bondad. Prometió que lo haría bien, que sería una buena hembra al
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Capítulo 35
Gianna se contempló su reflejo en el enorme espejo que estaba en su habitación y… enmudeció, ¿en serio era ella? Es decir, ya se había visto con ese vestido, pero no con el maquillaje y su cabello estilizado con cada onda definida. «Sólo falta la corona», pensó la loba. Y era la verdad, parecía una princesa rumbo a una hermosa gala donde sería el centro de atención.Ahora sólo debía esperar a que Darragh llamara por ella, entonces Harry iría a buscarla y se marcharían a la reunión que en realidad era una fiesta de gala.Gianna salió de la habitación y tomó asiento en el sillón de la sala; estaba sola. Todas las doncellas se habían marchado.Dalia, la empleada doméstica de la mansión, de ahora en adelante sería su doncella personal y se encargaría de ayudarla cuando fuera necesario. Gia apenas asimilaba todo lo que estaba cambiando en su vida y lo que pronto pasaría, esa primera presentación en público con su mate.—Por la Diosa Luna —musitó y miró hacia la ventana, ya había anocheci
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Capítulo 36
La cama capturó la atención de ambos. Gianna requirió de todo su autocontrol para apartar la mirada de amplio colchón y señalar la silla que Darragh podía ocupar.El lobo tomó asiento, se contempló en el espejo o lo intentó, porque toda su atención estaba en el reflejo de Gianna mientras se movía por la silenciosa habitación.El brillo de la tenue luz amarilla añadía una aura mágica a la loba enfundada en aquel vestido rojo. Ella sintió la intensa mirada de su mate, giró hacia el espejo y sus ojos se encontraron por unos segundos hasta que él rompió el vínculo visual.Darragh no estaba acostumbrado a sentir ese hormigueo en las extremidades por culpa de una mujer, una loba, ¿qué le estaba sucediendo?Gianna respiró hondo, no tenía sentido intentar calmar su corazón que galopaba a toda velocidad y que, además, estaba segura de que Darragh podía escuchar. Él, por el contrario, parecía sereno.—¿Por qué no te gustó el peinado?—Parecía peinado de niña —resumió él con esa voz enojada y r
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Capítulo 37
Darragh esbozó una sonrisa vaga, una muy breve, y volvió a su actitud seria mientras su Luna comenzaba a encargarse de su cabello. No tenía idea de cómo lo peinaría, no podía ser peor que las ligas de colores que le pusieron unas horas antes, y si no le gustaba, pues llevaría la melena suelta y ya, nadie opinaría o podría costarle la vida.Él odiaba todas las etiquetas formales; prefería mil veces quedarse a entrenar o a mirar el techo que ir a una de esas fiestas. Sin embargo, esa noche sí estaba un poquito emocionado por llevar a Gianna, quería ver su expresión al descubrir el lujo de la fiesta y que todo eso podría ser de ella.¿Por qué Gianna lo hacía pensar así…? ¿Por qué de pronto le gustaba el calor que brotaba en su pecho cuando imaginaba feliz a su Luna?Los dedos de Gianna comenzaron a moverse entre las hebras blancas; en poco tiempo había trenzado varios mechones y estaba uniendo esas trenzas para formar un peinado más complejo. En su mente sólo podía estar la idea de reali
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Capítulo 38
Darragh la abrazó y Gianna tembló. No era sólo la vergüenza al demostrar cómo su cuerpo reaccionaba con el contacto de su mate, sino que sabía que Darragh podía escuchar el latido acelerado de su corazón y la respiración rápida. No existía forma alguna de disimular aquellas cosas, al menos no de un lobo, y eso la hacía sentir vulnerable, expuesta.El cuerpo del lobo desprendía tanto calor que Gianna creyó que herviría de fiebre en cualquier momento. —Relájate —pidió él en su oído. La caricia de su aliento erizó toda la piel de Gianna y por supuesto que no pudo relajarse—. Gianna…—¿Qué pretendes? —musitó ella y recargó la barbilla en el hombro de Darragh—. ¿Es importante que piensen que realmente estamos juntos?—No sabemos cuál es la amenaza, debemos vernos fuertes.Gianna suspiró, desilusionada. No era la respuesta que esperaba.—¿Importa tanto? —Ella metió los brazos entre ambos, colocó las palmas sobre los pectorales de Darragh y se impulsó para poner un poco distancia; el corazón
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Capítulo 39
Gianna gimió cuando los colmillos de Darragh se enterraron en su piel; era el dolor más placentero, algo que jamás había experimentado. Entonces se miraron a los ojos, encontraron sus ojos en ese tono ámbar, los colmillos descubiertos y las respiraciones agitadas; no podían ocultar lo que querían que sucediera. Sin embargo, el sonido del celular de Darragh los interrumpió, aunque ninguno se movió para contestar o desviar la llamada. Darragh buscó el pecho de Gianna, inhaló hondo y besó el punto medio que sobresalía por arriba del escote. Gianna abrazó a su mate hasta atraer más su rostro.Y llamaron a la puerta principal de la habitación.—Maldición —masculló Darragh.—¿Todo en orden? —preguntó una voz al otro lado de la puerta.—Es Aleksi —dijo el lobo.Aleksi ni tenía que gritar, sabía que podrían escucharlo… si todo estaba bien.Gianna salió de su ensimismamiento, ¿había estado a punto de acostarse con Darragh?—Entraré —anunció Aleksi y abrió la puerta.Gianna se incorporó, alis
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Capítulo 40
Darragh miró a los músicos quienes de inmediato retomaron los violines, aunque fallaron un poco para lograr recuperar la armonía. Entonces el futuro alfa continuó andando de la mano de su Luna hasta la mesa principal donde se encontraban sus padres. Nerea relamió sus labios, sujetó bien la corona de piedras preciosas que llevaba en la cabeza y que combinaba con su elegante vestido dorado; no tenían una monarquía, pero le gustaba sentirse la reina y se rehusaba a dejarle ese puesto a alguien tan poquita cosa como Gianna. Leonard, por su parte, trató de sonreír con amabilidad a su hijo y su Luna, aunque no le salió muy bien, sino como si tuviera un fuerte cólico.—Qué bueno que llegaste, hijo.—Sí, por un momento pensamos que quizá tu Luna quiso terminar lo que empezó hace tantos años —soltó Nerea con una sonrisa venenosa—. No me mires así, Gia, ¡sólo estoy bromeando!Gianna apretó los labios, mas no respondió.—Gianna me estaba ayudando con unas cosas —resumió él, aunque sonó peor de
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