Todos los capítulos de Una loba rebelde para el alfa: Capítulo 21 - Capítulo 30
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Capítulo 21
—Entonces… ¿tienes chofer? —preguntó Beth con sus enormes ojos verdes examinando la lujosa sala de la mansión de los Ashbourne—. ¿Una asistente?—Tengo chofer —corrigió Gia—, aunque creo que mi chofer me odia y prefería verme amarrada y recibiendo latigazos, no llevándome a comprar ropa.Beth silbó y alisó su falda amarilla sobre su regazo; estaba sentada en el único sillón individual mientras que Gianna observaba a través de la ventana que daba al jardín.—Todo esto parece irreal —sentenció Beth—. No puedo creer que exista una Luna, ¡no puedo creer que seas la Luna de Darragh!—Créeme que yo tampoco…Beth señaló la puerta, no era seguro hablar ahí.Gianna asintió, así que ambas salieron de la sala y luego de la mansión. Una lujosa camioneta negra aguardaba por ambas. El chofer, el mismo omega que los había llevado con la Oráculo, abrió la puerta trasera para permitirles subir.Gianna había desayunado en la habitación. No quiso bajar al comedor con sus «suegros» porque Darragh no esta
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Capítulo 22
—¿Sucede algo? —inquirió Beth y agitó sus largas pestañas.—Creí sentir a Darragh, pero me equivoqué…No, Gianna sabía que no se equivocó, lo sintió, pero él no estaba ahí, ¿cómo podía explicar eso cuando ni ella tenía idea de cómo funcionaba?La rubia suspiró con tono ilusionado.—Ya sé que probablemente no es lo que quieres oír, pero me parece de lo más romántico todo lo que les dijo la Oráculo…¿Romántico? Gianna opinaba diferente.—Si la situación fuera otra, quizá pensaría igual, pero para nada es agradable que un lobo como Darragh entre en tu cerebro y lea tus pensamientos.Beth, aun así, volvió a suspirar.—¿Y crees que encuentre a mi mate? La Oráculo dijo que habrían más.Gianna no quería pensar en ello, temía que fuera verdad. Podía imaginar el desastre que se avecinaba si lobos con pareja descubrían que su mate era alguien más, ¿qué sucedería con todas esas uniones consagradas frente a la Diosa Luna?—Espero que sea un lobo que te merezca —dijo Gia—. Porque el amor no surge
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Capítulo 23
Darragh apretó la mandíbula cuando el hormigueo recorrió su nuca. El futuro alfa se encontraba en una importante junta de negocios; se estaban decidiendo por adquirir una empresa «unicornio» de mensajería instantánea para teléfonos móviles. La junta directiva no terminaba de decidir si era una buena inversión o no, pero debían tomar una decisión pronto antes de que alguien más se adelantara.Y Darragh amaba los negocios. Era un lobo moderno que disfrutaba de las comodidades que el dinero y el poder podían darle; estaba empecinado en aumentar la fortuna de su familia cuando tomara el control completo. Pero ese hormigueo… lo distraía y en su mente se instalaba el nombre y la imagen de la loba pelirroja que ahora debía proteger quisiera o no, su Luna.—Carajo —masculló y bebió del vaso de agua que descansa arriba de la amplia mesa de juntas.Aleksi, su hermano mediano, levantó la mirada hacia él. Se encontraba al otro lado de la mesa y ya había notado la incomodidad de Darragh; por lo g
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Capítulo 24
Gianna entró en el vestidor con toda la ropa que Beth había elegido. Colgó las prendas en los ganchos y suspiró hondo. No se imaginaba con ninguna de esos atuendos que probablemente costarían lo mismo que su renta de seis meses.Revisó las etiquetas y palideció; corrección, era la renta de un año.—Esto es demasiado —musitó.No podía sacar de su cabeza que no se vería con la elegancia de Cornelia o Nerea, pero también recordó cómo la humillaron.Gia estaba cansada de permitir que todos pasen por arriba de ella.Primero se vistió con un enterizo de pantalón en color gris con un cinturón; la prenda se ciñó a su silueta y, al verse en el espejo, casi ni se reconoció con esa ropa que no era de supermercado.Gianna se deshizo la coleta, acomodó su cabello pelirrojo sobre los hombros y sonrió; no recordaba sentirse así en muchos años, quizá nunca, pero ella, en ese momento se sintió tan hermosa que quiso llorar.Tal vez Darragh tenía razón y la Diosa Luna la escuchó todas esas noches cuando
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Capítulo 25
Gianna, Beth y Harry salieron del centro comercial cargando tantas bolsas de compra que las chicas se sintieron en una película de comedia romántica; Harry no tanto. Una camioneta negra entró a toda velocidad en el estacionamiento del lugar. Las llantas rechinaron en la curva, justo antes de detenerse frente a la entrada principal donde los tres lobos contemplaban el espectáculo que interrumpió su conversación.—¿Acaso es…? —Gia no terminó la pregunta porque sus sospechas se confirmaron.Darragh bajó de la camioneta y, con voz ronca, preguntó:—¿Y el vestido?—¿Cuál vestido? —preguntó Gianna—. ¿Estás bien…?—Sí.—Pero creí escucharte y no estabas, no, estoy segura de que te escuché —dijo ella en su cabeza sólo para Darragh.Él asintió.—Yo igual te sentí —respondió él de la misma manera.—¿Por qué? Yo… pensé en ti, ¿pensaste en mí? Incluso en su cabeza la voz de Gia sonaba dulce y acogedora, como ese hormigueo en la nuca de Darragh.—Sí. —Fue todo lo que él contestó en el silencio d
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Capítulo 26
Darragh se colocó los guantes de combate y sonrió; estaba disfrutando de la cara sorprendida de Gianna cuando descubrió la jaula de MMA que poseía su gimnasio privado de entrenamiento.Fue más o menos la misma cara de sorpresa que él puso cuando vio al pobre de Harry meter todas las bolsas de compras en la cajuela de la camioneta. Admiró el temple del lobo por no quejarse al volverlo el chofer y guardaespaldas de Gianna; otro lobo habría armado un escándalo. Harry era alguien en quien confiar, pensó Darragh, pues también estaba agradecido por responder los mensajes y enviar aquella foto.El omega llevó a Beth a casa y a dejar las compras en la mansión; Darragh se marchó con Gianna a entrenar.Su Luna sólo llevó consigo una bolsa de compras donde guardaba su ropa deportiva. Su presencia alteró al lobo todo el camino hasta el gimnasio.Gianna poseía un aroma diferente, era único y Darragh supo que podría reconocerlo en medio de un millón de personas. Su Luna olía a rosas nocturnas, nar
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Capítulo 27
Darragh retrocedió dos pasos, se dio la vuelta y se obligó a recuperar el autocontrol. Él había entrenado a muchos lobos de la manada, sólo tenía que repetir las enseñanzas y evitar mirar demasiado el curvilíneo cuerpo de su Luna que parecía caber tan bien entre sus brazos.Gianna sonrío sin que Darragh la viera. No entendía por qué disfrutaba de provocarlo, era un juego peligroso. Ella no se mentía, sabía que si Darragh quería algo más… simplemente podría tomarlo. Sin embargo, empezó a sentirse segura con él y eso era peligroso, más para una loba que nunca sintió esa seguridad en alguien más.Gianna y Darragh practicaron algunos movimientos. Él conteniendo su fuerza, ella esmerándose en demostrarle lo buena combatiente que era y lo estaba consiguiendo; Darragh se maravillaba con la certeza y eficacia en cada ataque de su Luna. Gianna podía defenderse sola de prácticamente cualquiera.Por último practicaron cómo derribar a un oponente más grande y fuerte; Darragh puso todo su empeño p
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Capítulo 28
Darragh respiró hondo. Gianna percibió cómo subió y bajó el pecho del futuro alfa; entonces levantó la mirada hacia él y sus ojos se encontraron.—Odias que tu Luna sea una omega —susurró ella con el pensamiento.Él desvió la mirada.—Admito que esto no es lo que esperaba —reconoció él.—¿Y qué esperabas, lobo? —preguntó Gianna en voz alta y recargó los brazos en los pectorales de Darragh para poder mirarlo a la cara—. ¿La princesa de un lejano país?Darragh esbozó una sonrisa débil.—No entiendes, Gianna.—No, creo que no —admitió ella.El lobo volvió a mirar a Gianna; ¿y si simplemente obedecía la leyenda?«Pero Cornelia», pensó Darragh.Y ese nombre llegó al subconsciente de Gianna.La pelirroja suspiró hondo, se enderezó y bajó del cuerpo de su mate. Darragh demoró un segundo en comprender que su Luna lo escuchó pensando en su ex prometida.—Ya te he dicho que no tenías que romper tu compromiso con ella, no serías el primer alfa en tener dos esposas… Ella podría cumplir todo lo q
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Capítulo 29
Gianna sí hubiera preferido que le sacaran un colmillo en lugar de asistir a esa improvisada e incómoda cena. Para empezar no tenía idea de para qué necesitaban tantos tenedores y cucharas, ¡como si los lobos tuvieran muchos modales al devorar sus presas!La pelirroja contempló la serie de cucharas, no tenía idea de cuál debería usar, y tampoco parecía buena idea buscar la información en internet cuando nadie en la mesa estaba usando el celular.Su mala suerte no era sólo por estar ahí, sino que también se encontraba el hermano mayor de Darragh y, además, sentado a su lado. Ella quedó en medio de los hermanos, no podía ser peor, claro que no.Gianna mejor bebió un poco de vino y trató de parecer interesada en la conversación de negocios que los hermanos tenían con su padre; mientras tanto Nerea y Cornelia hablaban sobre libros y ninguna le dirigía la palabra, obviamente.El comedor de la mansión parecía sacado de un edificio antiguo de Europa, era hermoso. Gianna sólo lo había recorri
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Capítulo 30
—Estoy cansada —mintió Gia para darle la razón a Aleksi. Es decir, era verdad, ¡pero estaba agotada de todos ellos!—. Creo que me retiraré a dormir.—Pero no has cenado —recordó Cornelia—. ¿Acaso piensas rechazar la amorosa hospitalidad de tus suegros?Gianna empezó a contar hasta mil porque estaba a nada de ya no sólo arrojarle la sopa, sino también el pato, la mesa y hasta la silla, ¡Cornelia no entendía que nada de eso era su culpa! ¡Ella no pidió ser la Luna del futuro alfa! Darragh la contuvo al cubrir su pequeña mano con la suya y el calor que envió su piel la hizo romper su momento de ira; en su lugar, contempló su unión y volvió a mirar los ojos grises de su mate.—Te acompaño a tu habitación —dijo Darragh.Gia asintió. Intentó levantarse, pero el lobo la detuvo y primero la ayudó a mover la silla, luego tomó su mano de nuevo y la condujo fuera del comedor frente al estupor de todos en la mesa. La loba percibía el calor y la presencia de su mate subiendo por el contacto de
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