Keidys estaba bajando de un ascensor con un paso afanado, su asistente personal no dejaba de hablar a su izquierda, en la derecha estaban dos chicas que conversaban por teléfono.—Debemos darnos prisa, llevamos media hora de retraso —dijo una de ellas.—No podemos cancelar la sesión de fotos Keidys, sabes que es muy importante, la cita con Josef puede esperar, es tu carrera profesional, por favor —insistió su asistente mientras caminaba a paso afanado.Al salir del edificio un tumulto de personas empezaron a gritar como si no hubiera un mañana, los guardaespaldas que esperaban afuera trataban de hacer espacio para que Keidys pudiera pasar, pero de pronto, ella sintió que su mundo tambaleó, rodó su mirada por su alrededor, era como una cámara lenta. Detuvo su paso y uno de sus guardaespaldas la reparó un tanto extrañado.—Señorita Keidys, ¿se s
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