Realmente era un dolor de cabeza tener a un hombre emocionado por el nacimiento de un bebé. Aunque, por dentro, Sasha se sentía aliviada con tantas atenciones por parte de Adam. Aunque le había confesado que él no era el padre biológico, siempre estuvo ahí, apoyándola desde la distancia, siendo ese hombre atento que su hijo necesitaba.No le sorprendía en absoluto que Adam ahora le pidiera estar junto a ella. De hecho, lo estaba esperando.Sasha desplegó una ligera sonrisa y sacó el bobón de su boca, tragó saliva y después aclaró su garganta.—Estaban feos —dijo—. Además, ya todos se refieren a él por Santiaguito, ni siquiera le dicen Santiago, si no, Santiaguito. Mi hijo no ha nacido, pero ya tiene sobrenombre.Adam dejó salir una pequeña risita emocionada, después, trató de calmarse.—
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