CAPÍTULO 85: MI VERDADERO PROPÓSITOLas aguas frías del lago envolvieron a Akira mientras sentía que su vida se escapaba. Su cuerpo se estremeció, incapaz de sanar como debería. El dolor era insoportable, pero mientras la sangre burbujeaba de su herida, algo extraño ocurrió. El frío comenzó a cambiar, ya no era una sensación física, sino que parecía penetrar en su mente, separándola de la realidad.Su respiración se volvió superficial, y de pronto su consciencia se desligó de su cuerpo. Ya no estaba en la montaña, ni sentía la fría presión del agua. En su lugar, una vasta oscuridad la rodeaba, pero no era opresiva; era tranquila, como el espacio antes del amanecer.De repente, una ráfaga de imágenes inundó su mente. Recuerdos que no reconoció pasaron frente a sus ojos, como si estuviera viendo la vida de otra persona. Sin embargo, conforme cada escena se desarrollaba, Akira se dio cuenta de algo inquietante: era ella en cada una de esas imágenes. Corría por bosques, su pelo ondeando e
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