MARIANNEY era demasiado injusto, estaba por segunda vez enamorada y la vida me daba esto, el amor hacia un hombre al que no le inspiraba ni un mal pensamiento. Cuando me calmé estaba abrazada a Amanda y mis sollozos poco a poco iban perdiendo su fuerza, la aceptación, supuse, llegaba después de la negación… Cuando fui consciente otra vez escuche una risita detrás de nosotras, ninguna de las dos se había percatado de que Jessenia estaba ahí, no sabía cuánto había escuchado, resequé las lagrimas para que no las viera.—Por favor — dijo odiosa — No manifiesten el amor que sienten la una a la otra en público, para eso hay habitaciones. — Amanda casi se le va encima pero la detuve a tiempo.—No Amanda — le rogué desesperada, lo último que necesitaba era una reprimenda de mi madre porque Amanda le había puesto un ojo morado, además Jessenia no merecía ni un mal pensamiento de Amanda.—Nadie te ha llamado, puta, lárgate de aquí — dijo Amanda entre dientes y traté de contenerla otra vez, Jes
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