MARIANNESentía con todo aquel maquillaje que Amanda me había puesto que pesaba al menos dos kilos más de lo normal. Casi no podía parpadear con todo el rímel que me había puesto encima pero ella me dijo que era la falta de costumbre, supuse que era así ya que a mí esto no me gustaba en absoluto, igual ella era la experta en modas y esas cosas, así que me deje en sus manos una vez más.Ella me tomó del brazo en el momento en que mi mirada estaba en la ventana y en el anochecer de este, abajo ya se escuchaban las voces de mis tías, sentí que mis manos comenzaron a sudar.—Amanda… — dije con voz desesperada cuando sentí que ella estaba tirando de mi brazo, ella me miró y vio mi expresión, me tomó la cara y me dio un beso en la mejilla.—Tu vas a brillar esta noche Marianne, te lo juro, más que tu odiosa hermana ——¡Oh, Dios! — Suspiré pensando en cómo iba a ser eso posible, ella era mil veces más hermosa que yo, tuve miedo pero luego identifiqué el origen de este, tenía miedo de que Edg
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