Los días han pasado, Hanna extraña escuchar la voz de su esposo, comparte a tiempo completo con sus dos pequeños hijos, por su cabeza pasan cientos de cosas, pero trata de ser positiva y pensar que él está bien. Mientras que ella se encontraba jugando con sus pequeños, Emilio hizo presencia, en su rostro se podía notar gran preocupación, Hanna exhalo con fuerza, se levantó y dejó a los niños con las niñeras, lo primero que llegó a su cabeza era que se trataba de malas noticias sobre Enzo.—Buen día señora —saludó él siendo muy atento.—Hola Emilio, dime ¿qué sucede?, he aprendido a distinguir y por la cara que traes es claro que algo sucede —Emilio se acercó aún más a ella.—Lamento traer malas noticias, pero en la noche varios casinos fueron saqueados, los hombres a cargo de la seguridad fueron intimidados con armas de largo alcance, siendo inevitable que pudieran defender la integridad de los casinos —de cierta manera Hanna sintió tranquilidad al escuchar aquellas palabras y no que
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