LaiaLloré y lloré, fueron horas en donde mi cuerpo solo era capaz de llorar, tanto lloraba que Pol tuvo que llamar a Nicole para tratar de consolarme, ella no consiguió calmarme, lo único que sentía era dolor por lo que pasaba. Luego de casi tres horas de llorar sin parar, me quedé sin lágrimas, y en un cuarto oscuro mire un punto fijo, absorta en muchos sentimientos, no podía evitar sentir dolor por todo lo que me estaba pasando. ¿De verdad me quedaría sin mi madre? Sí, mi mamá era una persona tan terca que no estaba dispuesta a ceder y tampoco había tiempo, yo me iba a ir. —¿Estás bien? —Escucho la voz de Pol y me volteo a verlo, estaba preocupado, sus ojos apagados por verme así, me hizo sonreír y abrí mis manos para que me diera un abrazo, no dudo en hacerlo, me dio un cálido abrazo luego de llorar por hoy y por las próximas. Le di un beso en la mejilla, me cargo para sentarme sobre él, mientras acariciaba mi cabello, de forma lenta y suave, con amor. —¿Me quedaré sola? —Le
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