JennyLas cosas no podrían haber salido peor. Ese beso, cargado de emociones contradictorias, llenó de felicidad a Carlos, pero a mí me inundó de grandes remordimientos. Fue un error atroz del que no puedo escapar tan fácilmente. Abrió la puerta del corazón de un hombre bueno, que sin importar el tiempo, estará dispuesto a esperar por un amor que no sé si algún día podré corresponder.Al llegar al yate, diviso a Milena y a Esteban, muy acaramelados, y cerca de ellos a su madre y tío. Una parte de mí grita que esa cercanía es una confirmación de lo que temo: que Esteban es un maldito mentiroso. Sin embargo, otra parte de mí intenta encontrar excusas, buscando razones que justifiquen lo injustificable. En medio de este torbellino emocional, me debato entre seguir escuchando a mi corazón agonizante o hacerle caso a mi razón.—Parece que se llevan muy bien, a pesar de sus diferencias— le digo a Carlos intentando encontrar una respuesta real.—Las apariencias engañan, la actitud de Esteban
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