—Estoy bien así, según mamá lo que tengo es mucho.—Otra vez con la misma cantaleta. No pienses en tu madre, ni en lo que el maldito mundo espera de ti. Piensa en ti mismo, en lo que realmente quieres. Deja de hacerte el malo, porque no lo eres —se molesta Roger—. Si te gusta esa chica, ve por ella. Si Carlos sufre, que lo haga. Tú la viste primero, tú la besaste primero, tú la soñaste primero. Deja de pensar en los demás, sé egoísta una vez en la vida y toma lo que quieres.—Cálmate, Roger. Ya entendí.Minutos después, nos estacionamos en Juan Valdez Café.—Tomemos un café, necesito uno bien cargado —le digo, tratando de despejar mi mente.—Esta no es la de siempre, te detuviste unas cuadras antes —me corrige Roger, su tono mezcla curiosidad con reproche.—Voy a hacerle caso a mi destino. Ya ni modo, no tengo ganas de ir a otro lugar. Este sitio está medio vacío y se ve interesante.—Sí, porque te detuviste antes —se sonríe Roger, bajando del auto con una mezcla de sorpresa y diversi
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