Toda la penumbra cayó sobre ella, apagó las luces de la habitación, arrimó su silueta cerca de la ventana, en los bordes aun percibía los agradables rastros de su aroma a chocolate, una estela exquisita, igual que las sensaciones indescriptibles en su pecho, contempló la inmensidad del bosque, desde esa perspectiva, no lo notaba tan misterioso como su súbito amor por Andrake. Antes del solsticio de primavera despertó una luz en su corazón, después un rotundo amor y necesidad que no lograba comprender.Inhaló el aire puro, invertido a la luna en cuarto menguante, paso varias horas en esa especie de ritual, hasta sentir como el sueño se empezaba apoderar de ella. Cerro la ventana y se acostó, tratando de poner su mente en blanco, sin resultados, en cada rincón diurno estaba el.Despertó cansada, más que dormir, le pareció que tuvo una lucha interna, toda la noche tuvo pesadillas, donde era atrapada por ese diablo, ya había tenido dos encuentros con el, seguro el subconciente le estaba h
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