POV DE AMELIAPuse mi mano sobre mi pecho, tratando de calmar mi corazón después de ese gran susto. Sentí ganas de matar a este perro sarnoso, hijo de incubadora. Si las miradas mataran, este infeliz estaría retorciéndose en el suelo. Me miraba divertido como si yo fuera un payaso.—¿Estás loco? ¿Quieres matarme causándome un ataque al corazón? No se asusta así a una mujer embarazada, idiota —dije en voz alta y con mucha rabia. Pero el infeliz lo encontró gracioso, sonriendo y sin tomarme en serio. Me voy a vengar por este susto.—Cuida tus palabras, mi animalito. Si no estuvieras andando por la oscuridad como una ladrona, no te habrías asustado. Por cierto, ¿qué haces aquí en la cocina a esta hora de la madrugada? —preguntó inclinándose para quedar a mi altura y acercando su rostro al mío. Retrocedí un poco, casi metiéndome en el refrigerador. Su cercanía me desconcertaba, y odiaba ese apodo.—¿Qué se hace en la cocina, genio? Tengo hambre, mis hijos quieren comida. El hambre no m
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