POV MAGNOS.Salí de mi oficina y volví a casa. Cuando llegué, todos ya se habían retirado. Subí las escaleras hacia la habitación de Amelia. Cosmo no paraba de refunfuñar que quería sentir a los cachorros. Lobo molesto.Llegué a la puerta de su habitación y la abrí despacio para no despertarla. Entré y caminé hasta la cama; como siempre, esa humana dormía como una piedra. ¿Qué será de nuestros cachorros cuando nazcan y la necesiten de madrugada? Pobres de mis cachorritos, tendrán una madre inútil que duerme demasiado. Tendré que enseñarles a ser independientes tan pronto como sea posible.Me senté en la cama y Cosmo ya empezó a molestar por el control. Lo dejé asumir y me quedé de espectador. Puso su mano en el vientre de Amelia, ella se movió y abrió los ojos medio adormilada, nos vio y sonrió. Mi corazón se aceleró cuando los cachorros se movieron agitados en su vientre, no me canso de esta emoción.— Cosmo. ¿Por qué tardaste en llegar? Mis bebés extrañaron a los dos. — Dijo somn
POV MAGNOS.Amelia tenía una expresión de disgusto, su mano estaba sobre el pecho y su respiración era rápida. Esa mirada suya ya la he visto en muchos lobos y yo mismo siempre tengo esa mirada cuando quiero matar a alguien. En ella, esa mirada era interesante, Amelia no asustaba a nadie.— ¿Estás loco? ¿Quieres matarme causándome un ataque al corazón? No se asusta a una mujer embarazada, idiota. — Dijo en voz alta y con mucha rabia. Me pareció muy graciosa su indignación. Levanté levemente mi ceja y sonreí de lado. Me gusta cuando está enojada y valiente. Eso la hace más interesante.— Mide tus palabras, mi animalito. Si no estuvieras andando por la oscuridad como una ladrona, no te habrías asustado. Por cierto, ¿qué haces aquí en la cocina a esta hora de la madrugada? — Pregunté. Me incliné y acerqué mi rostro al suyo. Amelia retrocedió un poco, casi metiéndose en el refrigerador. No me gustó su acto.— ¿Qué se hace en la cocina, genio? Tengo hambre, mis hijos quieren comida. Mi
POV DE AMELIAPuse mi mano sobre mi pecho, tratando de calmar mi corazón después de ese gran susto. Sentí ganas de matar a este perro sarnoso, hijo de incubadora. Si las miradas mataran, este infeliz estaría retorciéndose en el suelo. Me miraba divertido como si yo fuera un payaso.—¿Estás loco? ¿Quieres matarme causándome un ataque al corazón? No se asusta así a una mujer embarazada, idiota —dije en voz alta y con mucha rabia. Pero el infeliz lo encontró gracioso, sonriendo y sin tomarme en serio. Me voy a vengar por este susto.—Cuida tus palabras, mi animalito. Si no estuvieras andando por la oscuridad como una ladrona, no te habrías asustado. Por cierto, ¿qué haces aquí en la cocina a esta hora de la madrugada? —preguntó inclinándose para quedar a mi altura y acercando su rostro al mío. Retrocedí un poco, casi metiéndome en el refrigerador. Su cercanía me desconcertaba, y odiaba ese apodo.—¿Qué se hace en la cocina, genio? Tengo hambre, mis hijos quieren comida. El hambre no m
POV DE AMELIAMagnos llevaba un rato hablando con Cosmo, casi un minuto. Lo observé de cerca mientras estaba distraído. Hizo una expresión extraña que me preocupó. Decidí llamarlo.—Magnos —dije suavemente. Sus ojos se dirigieron hacia mí, haciéndome suspirar. ¿Cómo puede ser tan apuesto, Dios mío? Me observó con cuidado y atención. Me sentí incómoda con la intensidad de esa mirada.—Sí, ¿qué pasa, por qué me llamaste? —dijo con esa voz seductora. No sé qué había en esa maldita voz que me hacía sentir sensaciones placenteras solo al escucharla.—Estabas ahí parado y quieto por un rato. Pensé que te habías quedado dormido con los ojos abiertos y creí ver que se te caía la baba. Y mi bistec se quemará en la sartén y detesto sentir sabor a quemado en la comida —dije burlona, haciendo un gesto con mi dedo pasando por la comisura de mi boca para simbolizar su baba cayendo.Magnos se giró rápidamente y volteó el bistec en la sartén antes de que se quemara. Me respondió de espaldas a mí,
POV DE AMELIATodo mi cuerpo se estremeció con sus palabras y su cercanía. Este infeliz sabe cómo hacer que una mujer se emocione mucho. Cecilia una vez más tenía razón, estos lobos cuando quieren algo son insistentes y no se rinden hasta conseguirlo. Espera un momento, ¿eso significa que Magnos está interesado en tener relaciones conmigo?—Eres lenta en tus pensamientos. Claro que quiere estar contigo. Pero no te hagas ilusiones, solo quiere estar contigo debido a tus feromonas. Así que sugiero que aceptes y te alivies también. Después de todo, lo necesitas bastante —dijo la voz de mi mente de nuevo, metiéndose donde no la llaman.—¿Tú otra vez? Solo apareces en momentos inapropiados y encima me das malos consejos. No puedo tener relaciones con este lobo —le dije mentalmente a mi yo interior.—¿Por qué no? Es solo intimidad, Amelia, nada más que eso. Y necesitas relajarte, las embarazadas tienen bastante apetito y las hembras de lobo aún más —dijo mi mente.—¿Qué tiene eso que ve
POV DE MAGNOSOí su voz suave llamándome y miré en su dirección. Por primera vez la observé con más atención y me di cuenta de lo hermosa y delicada que era. Sería perfecta si no fuera humana, terca y hablara demasiado.—Sí, ¿qué pasa, por qué me llamaste? —pregunté, interesado en saber qué quería. Estaba preocupado por la historia del antojo y que mis cachorros nacieran con cara de comida. Cosmo me estaba volviendo loco desde que oyó hablar a Amelia. Me hizo prometer cumplir todos los antojos de Amelia.—Estabas ahí parado y quieto por un rato. Pensé que te habías quedado dormido con los ojos abiertos y creí ver que se te caía la baba. Y mi bistec se quemará en la sartén y detesto sentir sabor a quemado en la comida —dijo burlona y aún tuvo la osadía de hacer un gesto con su dedo pasando por la comisura de su boca para simbolizar mi saliva cayendo.Sentí el olor del bistec queriendo quemarse. Me giré rápidamente y agarré la sartén, volteando el bistec dentro de ella. Me estaba con
POV DE MAGNOS.Amelia se alejó de mi toque, y eso me molestó, pero no dejé que Cosmo lo notara. Él estaba tan concentrado y empeñado en desobedecerme que ni siquiera me estaba prestando atención.— Ya estoy mejor. Gracias por tu ayuda. Ahora, déjame terminar de comer, mis hijos tienen hambre. — Dijo y comenzó a comer. Volvimos a sentarnos frente a ella.— ¿Estás segura de que no quieres mi ayuda? Puedo saciarte de una manera que nunca has sido saciada. — Dijo Cosmo tratando de seducir a Amelia. Encerraré a este lobo en cuanto recupere el control de mi cuerpo.— Sabes que soy más fuerte que tú, Magnos, solo volveré si quiero. Y deja de insultarme, soy un lobo limpio y no tengo pulgas. Si yo tuviera pulgas, tú también las tendrías. Ahora deja de hablar y de interferir en mi conquista. — Dijo Cosmo en mi mente.Comencé a reír en mi mente. ¿Mi conquista? Este lobo está muy confiado. ¿Piensa que conquistará a Amelia sin mí? Está muy equivocado.— ¿De qué te estás riendo, Magnos? — Pre
POV DE MAGNOSAmélia me miró sorprendida por lo que dije. La entiendo, sé que todos en la manada estarán tan asombrados como ella cuando sepan que traeré a un humano a los Uivantes Negros.—¿Quieres traer a Jake aquí? ¿Pero no será peligroso para él? —preguntó Amélia, preocupada.Ella estaba preocupada por la seguridad de ese humano, lo cual me irritó profundamente.—Por supuesto que es muy peligroso para él, un humano débil entre nosotros. A los hombres lobo no les gusta convivir con machos desconocidos. Pero no te preocupes, nadie le hará nada a tu querido amigo, a menos que yo lo ordene —dije. Amélia permaneció callada y pensativa por un momento, luego me miró, dudosa, como si no supiera qué decisión tomar.—Voy a ayudarte con Jake, pero quiero pedirte algo a cambio —dijo, valiente. ¿En serio quiere negociar conmigo? Empecé a reír a carcajadas.—No estás en condiciones de pedir nada. Pero dime, ¿qué quieres? —pregunté, curioso por saber qué quería Amélia.—Quiero que permitas