"Hola, Beta Dan", me dijo ella con un tono de voz empalagoso que me hizo estremecer. Sus dedos, adornados con uñas pintadas, rozaban mis labios, pero le sujeté la muñeca, retirando su mano con firmeza. "Sal de mi habitación, Bailey", gruñí. Ella sonrió, claramente disfrutando del momento, pero yo no tenía ánimo para eso, así que la empujé. Cayó en la cama, acariciándose de manera sensual mientras me observaba con una mirada provocadora.Me acerqué y traté de arrastrarla hacia la puerta, pero logró zafarse de mi agarre."¿Desde cuándo no te gusta jugar?", me preguntó. "Ahora tengo una pareja a quien amo y respeto", le dije. Su expresión se oscureció, y me lanzó una mirada desafiante. Quería decirme algo, pero mis ojos le advirtieron. Bailey suspiró derrotada y se dejó caer en la cama, mirando al techo con las piernas abiertas."Esa pe... Tu pareja no se enterará. Te lo prometo. Solo... Dan, te extraño y sé que tú también. Ella no te deja tocarla como quieres", insistió. Suspiré y la t
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