La puerta de mi habitación se abre y me levanto de un salto, inclinando la cabeza ante la Reina Anaiah.

"Te lastimarás el cuello si permaneces en esa posición por mucho tiempo", me dice con voz delicada. Levanto lentamente la vista para mirarla, y ella sonríe. Nunca había estado tan cerca de ella. Tiene una fragancia muy agradable.

Suspira y frunce el ceño al ver mi habitación.

"Yo era como tú hace un año", me dice, sentándose en la cama.

Todos oímos hablar de la historia de una omega rechazada que mató a un Alfa por intentar abusar sexualmente de ella, y toda la manada la rechazó y la maltrató. El Rey Leondre fue su salvador, la aceptó y la trató como una deidad en su vida. Ella aceptó el desafío y se convirtió en la Reina favorita del pueblo.

"¿Por qué no quieres aceptar al beta como tu pareja?" Dudo en responderle su pregunta. En realidad, me atrae y parece ser un buen tipo, pero como dije, nunca he podido superar el hecho de que es un mujeriego que se ha acostado con much