"Sí, es mi lugar favorito. Odio el castillo", me dice.

"¿Por qué?"

"Por Scarlett". Mi corazón se aprieta y respiro hondo.

"¿Quién es Scarlett?", le pregunto, fingiendo no conocerla.

"Ella es la princesa de los hombres oso. Generalmente la torturan para comandar a sus ejércitos, y es... doloroso de escuchar", me informa. De inmediato, pienso en Enrique, su pareja, y me pregunto si él sería capaz de escucharlo con sus poderes.

"Entonces, ¿por qué no la ayudas a escapar?", le pregunto.

"¿Y enfadar a Amacus? Ni pensarlo. Él es un monstruo, matará a mi madre y a mí".

"No tiene que saber que fuiste tú quien la ayudó. Solo necesitas dejarla salir del castillo y ella encontrará su camino", le digo.

"Podría hacerlo, pero dudo que la Princesa Scarlett acepte escapar, porque toda su gente está ahí y ha tenido la oportunidad de escapar, pero no lo hizo".

Si ella lograra escapar, Amacus desataría su ira sobre los miembros de la manada. Y, como líder, Scarlett no podría traicionarlos ni abandonarlos