Sus miradas eran de fuego puro e intenso, la necesidad era avasallante, Susan se acercó al hombre sus labios acariciando el pecho masculino entonces lo último que quedaba de barreras qué era el temor de Susan se desvaneció, James no reaccionó durante el primer instante, pero segundos después, James, con una mirada intensa que parecía desnudarse ante los ojos de Susan, se acercó lentamente, sus manos encontrando el suave contorno de su rostro. Ella sintió un escalofrío recorrer su piel al sentir el calor de su aliento y la promesa que se escondía en su mirada.—No podré contenerme —murmuró él, su voz tan suave como un susurro entre las hojas—. No puedo seguir resistiéndome — la pequeña mujer había sonreído mínimamente ante las palabras de James, aquello era lo que ella estaba buscando, esperando.Sin dar tiempo a que ella respondiera, acercó su rostro al de ella, sus labios casi tocándose. El tiempo se detuvo en ese instante, y en un acto impulsivo, Susan se dejó llevar. Cerró los ojos
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