— Pensé que te habías olvidado de mí — Expresa Gabriela. — Cómo se te ocurre eso mamá nada más tuve un pequeño inconveniente. — ¿Cómo están? — la voz de Robert se escucha. — Buenos Días, Robert — dice Gabriela de manera cordial. — ¿Cómo está querida suegra? — Robert se veía muy alegre. Susan nada más niega y Gabriela ya sabía por qué Robert actuaba así — ¿Dónde está la Princesa? — pregunta Robert buscando a Helen. En ese momento James venía en compañía de Delia, justo cuando Robert carga a Helen, Susan había sonreído, pero la atmósfera se volvió tensa de manera inmediata. —¡Buenos días!— la poderosa voz de James llega al oído de los presentes, el hombre tenía los ojos negros puestos en Robert qué cargaba a Helen en brazos. — Señor Campbell, es un placer verlo a estas horas de la mañana — Robert fue el encargado de tomar las riendas de la comunicación mientras Delia observaba a Susan, por supuesto a la mujer le llamaba la atención la presencia de Susan y como no, puesto que Su
— ¿Quiere la destrucción de James o nada más quiere el poder de la organización? — Fue la pregunta realizada por Susan.— La organización Señora, allí están el tío del Señor Campbell y el padre de las gemelas, Delia de queda con James y el tío con la organización —Responde Leandro, tanto Susan y Robert se mantienen en silencio — La Organización nuestra ha tomado la decisión que ellos realicen sus pasos correspondientes mientras nosotros nos mantengamos al margen esperando que el Señor Campbell pueda recuperar, en caso de que no ocurra aquello de manera inmediata tendremos que tomar cartas en el asunto, por el momento no representan un peligro inminente.— Me parece correcto Leandro, estoy de acuerdo con esa decisión — Responde Susan.— Siendo así Señora, me retiro, Señor Durim que tenga un buen resto de jornada — Leandro se despide de ambos y abandona el Departamento dejando a Robert y Susan a solas.— ¿Piensas que la hipnosis de James dure mucho? — No lo sé, confío en que no será mu
— Déjame a solas y no me molestes, o mejor aún, no me esperes porque voy a salir y no tengo hora de regreso — James después de decir aquello se aparta toma en un sorbo lo que quedaba de Whisky posteriormente sale del despacho. Delia suspira al quedar a solas, se sostiene por el escritorio.— Debes de calmarte Delia o de lo contrario vas a complicar la situación — trata de consolarse ella misma.James sale de la Villa y uno de los Guardias se acerca a él.— ¿A dónde lo llevamos Señor?— A ningún lado, voy yo solo no necesito de ningún Guardia por detrás de mí — Ordena James, aunque el hombre quiso protestar, no se atrevió a desobedecer a James que toma el vehículo y se aleja de allí, la Mercedes Benz se detuvo en el Penthouse cuya ubicación fue enviada a Susan horas atrás, el hombre entra en el interior lo primero que busca es una botella de Whisky nuevamente, saca el teléfono y marca el número de Susan, pero el celular estaba apagado aquello ha molestado a James.— Qué mierda ocurre c
Después del placentero encuentro Susan se había quedado dormida, pero James se masajeaba la frente, aquellas mismas palabras que escucho de Susan, claramente parece que él ya las había escuchado, su mente era un caos, una mezcla de recuerdos borrosos qué ahora estaban calando más profundo en él, veía el cuerpo de una mujer en la camilla y a un bebé en la incubadora, pero más allá ya no podía ir aquellos recuerdos, el hombre tampoco quiso complicarse la vida así que prefirió descansar, acomodándose al lado de Susan, la fragancia de la mujer le daba la calma que últimamente él no tenía. Cuando la mujer abre sus ojos siente el cuerpo de alguien más pegado al suyo, ella abre sus ojos con cuidado, pero de inmediato reconoce la fragancia que percibe, lentamente mueve su cabeza observando las perfectas facciones masculinas de James, la pequeña mujer se quedó maravillada ante aquella vista que tenía ante sus ojos, la respiración del hombre estaba en calma mientras la sostenía fuertemente en
— Debo irme ya ¿puedo usar el cuarto de baño? — Claro, esa puerta te lleva hasta ella — Indica James. — Gracias — responde con suavidad Susan posteriormente procede a dirigirse hacia la puerta, James se queda pensativo con la certeza de que algo estaba ocurriendo con él, se masajea la frente y la frustración era evidente en sus ojos negros, después de varios minutos de pensar no había llegado a ninguna conclusión justo en ese momento Susan sale envuelta en la bata encontrándose con sus prendas que trajo puesta bien doblada por encima de un mueble, no obstante tampoco le pregunta a James nada. La mujer procede a vestirse en silencio, pero aquel silencio entre ambos es agradable. — Quiero verla ahora — Susan levanta su cabeza sorprendida por las palabras de James. — Nos iremos en mi vehículo hasta el departamento de mi madre — le responde Susan. — Te espero abajo — James no había protestado y la mujer sentía que el aura del hombre no era intimidante en ese momento, cuando queda el
— No estoy diciendo eso — la molestia en la voz de James ya era palpable y Susan toma la decisión de guardar silencio mientras le da pequeños golpecitos a la espalda de Helen, el hombre nada más ya las observa, hasta que Susan toma asiento al lado de su marido, el hombre acaricia la pequeña cabeza de Helen, hasta que mira por su reloj. — ¿Quieres que te lleve uno de los choferes de mi madre? — pregunta con cautela Susan, mientras Helen seguía bastante interesada en su padre. — Me parece bien — James se acerca a Helen depositando un beso en la cabeza de su hija — Te veré pronto hija — le dice a la pequeña niña que le dedica una tierna sonrisa a su padre, James no se niega al impulso de volver a cargarla y llenar de besos el rostro de su hija, mientras Susan se comunica con los hombres. — Preparen al chofer — fue la orden dada por Susan, después de que la llamada termina la mujer se acerca nuevamente a padre e hija — está esperando por ti el vehículo con el chofer de mi madre. — Bi
Al día siguiente Susan se encontraba prendiendo los botones de la camisa blanca con Helen observando a mamá. — Buenos días, hija — Gabriela entra en la habitación — Te ves muy hermosa, cariño. — Gracias mamá, hoy tengo una reunión como la Señora Durim — Susan sonríe al decir aquello. — Mi pequeña Susan, yo sé que estás sufriendo por la situación con James — Gabriela ya levanta en brazos a Helen mientras conversa con su hija. — Claro mamá, cómo podría yo estar bien sabiendo que mi marido está en otra casa con otra mujer que dice ser su prometida, que tiene un poder hipnótico en él. — Susan, pero sabemos que la hipnosis no anula la voluntad y el control personal, James viene a ti su voluntad está contigo, sabemos que la mente olvida, pero el corazón no cariño. — Ya lo sé mamá, pero de todos modos tengo miedo de que en realidad James no vuelva a recordar que me ama y que soy su esposa. — Mi pequeña Susan, no tienes por qué preocuparte por eso y ya es hora de ir al trabajo,
Delia estaba por delante de su padre, y otro hombre que no era el tío de James — Esto se me está saliendo de las manos, supuse que con la Hipnosis podría mantener a James Campbell comiendo de la palma de mis manos, pero no estoy ni siquiera logrando nada, ni siquiera del tamaño del dedo meñique y mi tiempo se está acabando, lo que prepare meticulosamente no está funcionando, ni siquiera se nada de mi hermana. — ¿Qué te dice Héctor? — Le pregunta Su padre. — Que esperemos unos días más, pero si algo se complica yo no podré tener más acercamientos a James, hemos liquidado todo el personal hemos puesto a personas incapaces para manejar todo a nuestro antojo, pero con James prácticamente es imposible. — Es imposible que el hombre no tenga alguna debilidad, algo debe de tener oculto — En eso una mujer rubia entra era la mesera — James Campbell no puede tener todo perfectamente oculto. La mesera pierde la fuerza para sostener lo que traía al escuchar el nombre de James Campbell. —¿Qué