293. TE ESTARÉ VIGILANDO
NARRADORAAtaviada con un hermoso vestido crema hasta el suelo, bordado con rosas en tul y satén, lucía hermosa, radiante.Silas avanzaba por el pasillo alfombrado con la guía de Valeria, pero él estaba embobecido en los ojos grises como las estrellas, su piel tan suave, esa sonrisa que calentaba su alma.Cómo amaba a esa mujer.La había añorado hasta el punto de no saber cómo soportó tantos años sin ella, sin enloquecer por completo.Su cerebro la olvidó, para protegerlo de volverse demente y poder sobrevivir hasta este día.—Ahora debes pedirle la mano a su padre —la voz de Valeria lo sacó de su nube de amor.Al mirar al enorme pelirrojo al lado de su Selenia, reconoció los mismos ojos grises, al menos en el color.Pero la expresión general de gruñón, en cambio, no tenía nada que ver.—Rey Lycan, yo, solo Silas, solo un ser elemental, pido la mano de su hija Selenia, Sigrid Von Carstein. Deseo ser su protector, su compañero, y prometo amarla hasta el último de mis días —pronunció su
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