CAPÍTULO 123: SÉ MI ESPOSAHoy es uno de esos días en los que la vida parece ofrecerme una tregua, un pequeño respiro entre tanto caos. Salimos los tres: Edward, Jake y yo, como una pequeña familia, aunque en realidad sé que todavía no lo somos. Sin embargo, esos momentos juntos me hacen olvidar, al menos por un rato, todo lo que he estado enfrentando. Paseamos por el parque, Jake corre por delante de nosotros, riendo y disfrutando de su libertad. Edward y yo caminamos de la mano, en silencio, pero no es un silencio incómodo; es un silencio que se siente como un refugio, un espacio donde puedo permitirme sentir algo parecido a la felicidad.Edward es tan atento, tan consciente de cada pequeño detalle. Me ofrece un helado, y compartimos uno mientras observamos a Jake jugar con otros niños. Es en esos momentos cuando me doy cuenta de lo mucho que ha cambiado mi vida en tan poco tiempo, y aunque sé que no debería, no puedo evitar comparar la tranquilidad que siento con Edward con el caos
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